EL PIRATA COFRESÍ
por Cayetano Coll y Toste
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Lea también Roberto Cofresí; el pirata caborrojeño
a goleta "Ana," navegando de bolina y orza(1), este, cuarta al nordeste, dobló punta Borinquen(2) e hizo frente a las embravecidas ondas del
mar del Norte, dejando
las tranquilas aguas
del noroeste de la ensenada
de Aguadilla.
--"Aferra el trinquete(3) y afloja foque(4) y mayor(5)", gritó Cofresí al segundo de a bordo; y echémonos mar afuera
a ver si tenemos hoy buena
fortuna a barlovento.
Las órdenes del pirata se cumplieron estrictas y la ligera nao
empezó a navegar velozmente
con todo su aparejo
a vela llena. Las ondas
se rompían impetuosas
en su proa y azotaban con
sus espumas blanquizcas
la cubierta del barco.
Las cuadernas de la
goleta crujían de vez en
cuando. Detrás iba
quedando una estela de
lechoso espumajo hirviente.
El horizonte estaba límpido, el cielo azul, y el brisote frescachón que
soplaba del este estaba
fijo. La isla se iba perdiendo de vista. De cuando
en cuando una gaviota pasaba
graznando sobre
la embarcación: parecía
un pañuelo blanco
arrojado en el espacio.
--"Pilichi",
dijo Cofresí al grumete,
con soberbio ademán, "vé
a mi camarote
y tráeme el anteojo. Me
parece divisar algo
en lontananza".
Y el arrogante marino ponía la mano horizontal sobre las cejas,
como una visera, para enfocar
bien su mirada
de águila y escudriñar
las lejanías del mar.
Recibido el catalejo lo
tendió diestramente
y, cierto de lo que presumía,
por sus ojos
fulguró un relámpago, y
gritó al contramaestre
con voz llena de fanfarria.
--"Hazte cargo del
timón, Galache, que
tenemos enemigos a la vista".
Era un brick(6) danés que conducía mercaderías de Nueva York a
San Thomas. Para tal época
esa isla, con
su puerto franco, era un
depósito de grandes
aprovisionamientos de telas, ferretería y artículos de lujo traídos de
Europa y Norte América
para surtir las Antillas
y Venezuela. Cada vez se
distinguía más claro
el confiado buque mercante.
Cofresí pasó
al entrepuente de proa
e hizo en su presencia
cargar el pedrero de bronce
con un saquillo
de pólvora y abundante
metralla. Después
se cercioró que estaba
fuerte el montaje
de la cureña y firmes las
gualderas. Entonces
marchó a popa donde reunió
su gente, llamando
a cada uno por su nombre,
y les dio sus instrucciones.
Revisó severamente machetes
y cuchillos.
Hizo traer más armas blancas
y ordenó ponerlas
en un sitio especial en
el combés cerca del
palo del trinquete. Y tranquilamente
se puso
a amolar, con sumo cuidado,
su hacha de abordaje.
La gente del bergantín, al divisar la goleta, izó la bandera danesa en señal de saludo.
La velera "Ana" izó bandera
de
muerte, es decir, la bandera
negra de los
piratas. El brick ya no
podía huir y afrontó
el peligro. La goleta era
muy andadora y
se habla apropiado directamente
al enemigo.
El bergantín estaba abarrotado
en su carga.
Su tripulación comprendió
que tenía que habérselas
con un barco pirata. Pronto
la borda del
brick fue ocupada por diez
rifleros alineados
que hicieron fuego de fusilaría.
Eran malos
tiradores. Las balas atravesaron
el velamen
de la "Ana" y algunas se
incrustaron
en la obra muerta(7) del casco. Entonces las armas de fuego no
eran de repetición; de
modo que mientras
las cargaban de nuevo los
tiradores del bergantín,
la goleta se puso a doscientos
pies de distancia
y le lanzó una descarga
de metralla con el
pedrero de proa. El ruido
del cañón impresionó
a los marineros del brick
y antes que pudieran
disparar por segunda vez
sus rifles, ya la
"Ana" estaba al abordaje,
ceñida
al buque contrario por
estribor.
Cofresí, hacha en mano, seguido de los suyos, saltó ágil y célere
al buque abordado y atacó
cuerpo a cuerpo
a los defensores del brick.
Estos no estaban
preparados para un combate
al arma blanca.
Sonaron tres o cuatro tiros
y quedó despejado
el entrepuente(8). Los marineros del bergantín se refugiaron
en las bodegas. Rápidamente
se adueñó Cofresí
del buque dando muerte al timonel y a algunos marinos que
quedaron sobre cubierta.
Después cerraron
las escotillas(9) y quedó preso bajo cubierta el resto de
la tripulación del brick.
El capitán danés
estaba junto al palo de
mesana, en un charco
de sangre, con la cabeza
abierta de un hachazo.
Los cadáveres fueron arrojados
al mar y empezó
el alijo de la sobrecubierta.
En seguida
se saquearon las bodegas
con suma precaución
y se trincaron bien los
presos que iban apareciendo.
Luego de saqueado el bergantín
se le dio
barreno, y se desatracó
el pirata para verlo
hundirse. El brick dio
una cabezada primero
y se inclinó de proa; después
se fue sumergiendo
poco a poco hasta que de
repente desapareció
bajo las aguas.
La "Ana" hizo entonces rumbo hacia
la Isla, que se divisaba a sotavento, y maniobró en
demanda de punta San Francisco
para ocultarse
en Cabo Rojo.
El comercio de San Thomas estaba aterrado con las depredaciones de
Cofresí. Por fin el gobierno
de Washington
intervino y dio orden al
Almirantazgo de
castigar al pirata puertorriqueño.
Pronto
llegó a conocimiento de
Cofresí que un barco
de guerra norteamericano
había venido a ayudar
a las autoridades de la
Isla para capturarlo
o destruirlo. Entonces
abandonó sus correrías
por aguas del Atlántico
y se pasó al mar
Caribe.
Estando la "Ana" fondeada en el
puerto de Bocas del Infierno divisó en lontananza una vela,
y Cofresí con su velera
nao salió prontamente
a apresarla. Pero esta
vez fue por lana y
le zurraron la badana.
Tan pronto estuvo
a tiro de cañón recibió
un balazo en el bauprésque le hizo comprender que se las había con
un barco de guerra. No
obstante, se le fue
encima valentísimo y le
hizo fuego de fusilería
y cañón siendo recibido
de igual modo. Viendo
la superioridad del contrario
viró de redondo
y a todo trapo emprendió
la huida. La goleta,
descalabrada, izó la escandalosa(10) sobre los cangrejos para escapar mejor,
utilizando el viento de
popa que le soplaba.
Cofresí se puso al timón
porque la "Ana"
era una nave de buen gobierno
y muy veloz,
y dirigió la goleta paralelamente
a la costa,
bojeando el sur y burlándose
de sus perseguidores
hasta que la embarrancó
en un bancal diestramente.
Echados un bote y una chalana
al agua ganaron
los piratas la playa, librándose
del buque
de guerra que no pudo alcanzarlos,
ni maniobrar
con sus botes por aquellos
sitios inabordables.
Ya en tierra dividió Cofresí su gente en dos grupos, dándoles por punto de reunión
la playa de Cabo Rojo.
Antes enterraron lo
que pudieron salvar de
la "Ana."
Cada grupo bien armado
emprendió la fuga
por distinta vía.
Como las Milicias Disciplinadas estaban patrullando por aquella costa, pronto los dos grupos
tuvieron que batirse y
abrirse campo a sangre
y fuego, volviendo a subdividirse,
fatigados
y jadeantes, hasta que
acosados por la caballería
tuvieron que rendirse a
sus perseguidores.
El jefe pirata fue cogido
después de reñida
refriega, todo cubierto
de heridas.
Roberto Cofresí y Ramírez de Arellano(11), natural y vecino de Cabo Rojo, era un joven
altivo, de veintiséis años
de edad, robusto,
valiente, audaz y de bravo
aspecto. Unido
a quince compañeros de
la piel del diablo,
eran el terror de estos
mares antillanos
con sus piraterías.
Para satisfacer a la vindicta pública y asegurar el reposo y tranquilidad de estas
islas, fueron pasados por
las armas en la
mañana del 29 de marzo
de 1825. Un gentío
inmenso presenció el horroroso
espectáculo
en el Campo del Morro.
Un destacamento del
Regimiento de Infantería
de Granada formó
el cuadro para conservar
el orden. Una descarga
cerrada de un piquete de
tiradores, a una
señal sigilosa convenida,
hizo que once de
aquellos desgraciados pasaran
a la eternidad.
Los otros habían muerto
en los combates sostenidos
con las Milicias.
Satisfecha la curiosidad y llena de pavor dispersóse la muchedumbre
conmovida. Las tropas volvieron
a sus cuarteles
a redoble de tambor. Y
los cadáveres mutilados
por la justicia humana
quedaron expuestos
al público por veinticuatro
horas para escarmiento
de malhechores.
Los hermanos de la Caridad, que no comulgan
con el odio social, previo
permiso del Gobierno,
dieron sepultura a aquellos
cadáveres en
el cementerio de Santa
María de la Magdalena.
sí terminaron el valiente Cofresí y sus intrépidos compañeros de correrías
piráticas.
______
NOTAS
1. bolina y orza: Se dice de la navegación
de un barco de vela cuando
marcha inclinando
la proa hacia la parte
de donde viene el
viento.
2. punta Borinquen: Nombre del cabo de la
Isla de Puerto Rico entre
Isabela y Aguadilla.
3. trinquete: Palo que se arbola inmediato
a la proa en las embarcaciones
que tienen
más de uno. La vela que
se iza en el palo
trinquete.
4. foque: Cada una de las velas triangulares
que se colocan transversalmente
desde los
masteleros de proa a los
botalones del bauprés
y recogen el viento de
soslayo.
5. bauprés y mayor: Se llama bauprés el palo
grueso que sale de la proa
de una buque para
fuera, con más o menos
inclinación al horizonte,
y que siendo uno de los
principales de la
arboladura sirve para amarrar
los foques.
Se llama vela mayor la
principal de un barco
que va en el palo mayor.
6. brick: Palabra inglesa que españolizada
se dice brigbarca. Barco bergantín grande que además de sus
dos palos ordinarios lleva
otro pequeño a
popa para armar una pequeña
vela que se llama
la cangreja.
7. obra muerta: Las obras exteriores de una
embarcación que están sobre
la línea del
agua.
8. entrepuente: espacio que hay entre las
cubiertas de una embarcación.
9. escotillas: aberturas con escaleras que
dan paso del entrepuente
al interior de un
barco.
10. escandalosa: vela triangular o cuadrilátera
que en algunos buques se
larga sobre las
cangrejas.
11. Roberto Cofresí: indica Coll y Toste, nació
en Cabo Rojo, y era hijo
legítimo de Francisco
Cofresí y María Germana
Ramírez de Arellano.
Estuvo casado con Juana
Creitof.
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