Cartas de amor de José de Diego a Carmita
Echavarría
por Haydée Reichard de
Cancio, PHD
(c) CopyRight - Prohibido copiar, reproducir
Lea también del prócer De Diego:
Escucha Virgen pura
A Laura
En la brecha y Ultima Actio
Biografía de José de Diego
UE EN LA CÁLIDA MAÑANA del 8 de diciembre de 1886 que José de Diego, de 19 años, y Carmita Echavarría, también
adolescente, se conocieron
en casa de su
parienta doña Elvira de
Acevedo, esposa del
periodista Rodulfo Hernández,
dueño del periódico
La voz del Pueblo, que se publicaba en Aguadilla.
[Socios: encontrarán aquí el enlace a datos de la iglesia San Carlos Borromeo,
fundación, primeros pobladores
de Aguadilla].
Los siguientes seis meses
fueron tiempos
de amor, poesías, emociones
e intrigas. El
joven Pepe Diego, quien
había dejado los
estudios en Barcelona decide
regresar a la
Ciudad Condal a terminar
su carrera en derecho.
Para demostrar a don Ernesto
Echavarría,
padre de Carmita, que sus
intenciones eran
serias pidió al poeta y
amigo don Luis O´Neill
que solicitara la mano
de Carmita, la cual
le fue denegada.1
En víspera de su partida los novios frente a la tumba de Elisa Martínez, madre
del poeta, en el vetusto cementerio de Aguadilla
se juraron amor eterno. Allí se efectúo un
desposorio, y así lo confirma el certificado
poético...
Carmen y yo venimos , madre mía, para hacer
nuestras
bodas en secreto.
Tú serás el divino sacerdote
en el
altar azul del Universo.2 |
Regresa a Mayagüez a casa de su medio hermano
Santiago Saenz Martínez
de dónde escribe
dos cartas, fechadas el
27 de mayo y 7 de
junio de l887. En la primera,
a su amigo Rodulfo Hernández, le dice entre otras cosas:
Me alegro infinito de que Carmita esté en
su casa. Es
una paloma más en
el nido3 de que usted tiene en su
casita que yo quiero
tanto. Adjunto van dos
cajitas de
turrón uno para usted
y otra para Carmita. |
Un peón le hace llegar a Carmita la segunda misiva, la cual De Diego escribió antes de zarpar para Barcelona,
desde Mayagüez y le dice:
Mi queridísima Carmita:
Anoche leí la última
carta de Casalduc a
Lola Rodríguez
de Tío, dícele, que
la novia de Diego es
tan hermosa como
su hija, y miente
como un bellaco [pícaro],
porque tú eres
cien veces más hermosa
que Patria. |
Notamos en esta misiva la felicidad y el gozo del enamorado que
no encuentra a nadie más bella que a su amada.
Las próximas cartas que
voy citar están escritas
casi todas desde Barcelona,
España. Todas
dirigidas a su amigo Rodulfo
Hernández entre
las fechas del 7 febrero
al 7 julio de l889,
y una adicional del 20
de marzo de l890 desde
el Cafetal Palmares, en
Maricao, Puerto Rico.
Hemos conocido el amor
de José de Diego a
Carmen Echavarría por medio
de su elegía
"A Laura", y los poemas
“Sombra”
y “Póstuma”. El pueblo
puertorriqueño por
décadas ha sentido la presencia
de “Laura”
en sus hogares y miles
de enamorados han
recitado el poema “A Laura”. Hoy conoceremos al desnudo, por primera
vez, no detrás de unos
versos sino en carne
viva los sentimientos de
amor, celos, rencor,
decepción, desilusión,
ingratitud y perdón
que sintió el Bardo Borinqueño
durante los
primeros meses de su desengaño.
Año y medio ha pasado desde que el joven estudiante saliera lleno
de ilusiones hacia Barcelona a terminar sus
estudios. Sin embargo la estadía en Barcelona
no ha sido del todo grata. De repente la
correspondencia con la Villa del Ojo es cada
día menos, por lo cual él escribe:
Algo hay de anormal y de inexplicable es
esto, de unos
meses á acá me han
estado pasando cosas muy
extrañas.
Hay silencios muy
elocuentes, como el de
aquella buena
moza, pero el de
O´Neill es un verdadero
silencio que no
dice nada y a nada
conduce”.
En todo esto hay
algo que yo presiento y
que no puedo
imaginar. Jugará
en este albur algún empleado
de
correos?.4 |
De Diego sospechaba que alguien en el correo estaba interceptando
su correspondencia en el pueblo. Por esa razón le escribe a Rodulfo que no
les envía a Emilia y a
Camelia unos versos
y dibujos por correo y
se los dará a Lola
Rodríguez de Tío 5, pues, no quiere “exponerse a las terribles
garras de mi tigre de correo.”
En otras de
las misivas vuelve sobre
el mismo tema y
escribe: “malditos empleados
de correos,
que se han propuesto incomunicarme
con mi
querida gente de Aguadilla”.
Sin embargo ya para febrero
del 1889 De Diego
tenía conocimientos que
su Carmita estaba
saliendo con el joven Alfredo
Koppisch Delgado.
En una de sus comunicaciones
a su amigo Rodulfo
le da las gracias por ser
un amigo leal ”en
estos meses de prueba”,
y le da las gracias
a toda su familia y a Rosa
que:
ha hecho las veces de una hermana de caridad
con
mi alma, pero la
herida es honda, muy honda,
Rodulfo,
y mana aún y seguirá
manando sangre toda
la vida. |
En las palabras del Poeta se siente el dolor punzante y se percibe
desánimo y frustración. Luego pasa a comentar
unas poesías que piensa publicar y a renglón
seguido escribe:
Todo esto le dará a comprender que a pesar
de mis
pesares aún alientos,
me quedan y el entusiasmo
artístico
me sobra; pero créame
usted aquella muchacha
me ha
matado. A estas horas
yo estaría en Puerto
Rico, si Santiago,
negándose rotundamente
a mi deseo no me hubiese
quitado
todos los medios
de irme. Prendido tengo aún aquel amor
a las entrañas y han desfallecido todas mis energías y
siento
frío, mucho frío
por dentro. Pasan a veces,
por mi alma aves
muy negras, que solo
puedo espantar, evocando
los recuerdos
de mi tierra, la
imagen del dolor y mis sueños
y mis esperanzas
de gloriar...
¡Ah, sí ella hubiese
querido! Si ella hubiese
querido,
a la cumbre me hubiera
llevado, que no hay
cosa
que con el amor,
realice tan grandes empresas.
Hágala Dios feliz
tanto a ella que me ha
desgraciado y no
atraviese nunca en
mi camino al cobarde que,
por detrás y
á traición, me robó
mi único tesoro.
Adiós Rodulfo, se
me humedecen los ojos y
no quiero
terminar esta carta
llorando de cólera y
de celos. |
El recuerdo de la traición y la frustración de no poder venir a la
Isla hace el dolor más flagelante.
Ha transcurrido un mes
de dolor, desconfianza,
resentimientos y de sutil
venganza. En la
carta de abril el Poeta
le informa a su amigo
que le va a enviar el original
de una “Epístola
a Laura” que ha escrito
con:
...los ojos húmedos y calientes todavía con
las lágrimas
que derrame en aquellas
horas de delirio
en que la escribí.
Sí se lo envío, publíquelo
con mi firma en
La Voz. Yo no
tengo porque ocultarme
sí ella, que es culpable,
la he
escondido detrás
de Laura. No he querido
enviar estos
versos a Junco, que
me los pide hace tiempo
original para
LA REVISTA, porque
se los tenía guardados
a usted.
En su casa nació
y fue bautizado este amor
de fiera que
me enloquece. Camelia
fue la madrina. Ahora
ha muerto.
Justo es, pues, que
La Voz cante sus funerales.
|
Notamos en estas líneas por primera vez un
aire acusador. Además el
Poeta quiere mediante
su poema decirle a su pueblo,
Aguadilla,
que el no ha sido el culpable.
En junio de 1890, escribe: ”he perdido seis meses, en los que
apenas he hecho otra cosa
que acordarme de
quién más daño me ha hecho
en este mundo".
Sobre la epístola que le envió el mes anterior dice:
Los míos 'A Laura' dice usted que han gustado
mucho
por allá. Pues crea
usted que a mí también
me gustan y
que he emocionado
mucho leyéndolos, pasada
la fiebre
intensa con que los
parí, porque, como en
Sor Ana, puse
en ellos todas las
lágrimas de mis ojos y
todas las
palpitaciones de
mi alma. |
Luego le comenta a su amigo que el poeta Ferrari
lo ha felicitado pero que
Clarín le “da un
arañazo en La Semana Cómica”,
y señala:
...yo me curo de eso y, con tal de que les gusten
mis versos a los
matriculados de Aguadilla,
me tiene
sin cuidado lo que
digan poetas y críticos
habidos y por
haber en estos y
aquellos mundos. |
Tres meses más tarde, De Diego en su dolor comienza a perdonar
a Carmita y se expresa así:
Sobre algo más íntimo que todo le diré que
me he
estremecido de alegría
viendo que usted me
defendió
a Carmita. ¡Gracias
Rodulfo, gracias!
Si, ella es buena sí, no
que me ha
olvidado, sino que
está en relaciones con
otro, y, me
atrevería a detallar
una y por todas las
impresiones de
su alma antes de
resolverse a abandonarme.
Yo ya la
he perdido, pero
conste, Rodulfo, que si
Carmita se ha
dejado seducir por
cantos de sirena, alguien
la habrá
ayudado y los comienzos
de la culpa no han
sido suyos.
Cuantos acerca de
esto han escrito, pensaron
sin duda,
hiriéndola a ella,
habrían de hacer menos
sensible el
dolor mío, eso no,
por mi Madre! Nadie la
conoce como
yo, nadie la ha querido
como yo y nadie sabe,
ni puede, ni tiene
derecho a decir, sí es
buena ó mala,
más que yo, que soy
la víctima. ¡ Y yo digo
que es buena!
¡Manos blancas no
ofenden, pero yo le aseguro
a
usted que el golpe
que me han dado con la
mano de
Carmita ha resonado
y sigue resonando y resonará
mientras viva en
todos los rincones de mi
alma. |
El enamorado siente dicha al ver que su amigo Rodulfo ha defendido
a quien sigue siendo su amor y su tormento.
La última correspondencia desde Barcelona
en mi poder tiene fecha del 7 de julio del
l889. En la misma De Diego vuelve a darle
gracias a su amigo y le dice:
...siga usted prestándome alientos, ya que
esa maldita
muchacha ha vuelto
del revés el saco de mi
entusiasmo
y mis sueños. Me
ha quitado muchas energías
del alma
Carmita. Yo no sé
por que me dejó concebir
esperanzas
tan halagüeñas, que
no habían de tener realidad
posible.
Siento tantísimo
que la familia de ella le
haya mostrado
a usted alguna tibieza
por haber publicado
mi epístola
“A Laura”, pero eso
es simplemente una inocentada
de ella,
que después de haber
sido la causa de mi
desgracia,
se enfada, porque
he hecho uso del santísimo
derecho
que tienen los infelices
a la queja y el
llanto. |
El poeta sigue destruido emocionalmente y resiente el engaño de que ha sido objeto.
Ocho meses más tarde, en marzo de 1890, regresa
Puerto Rico y desde el Cafetal Palmares,
propiedad de su medio hermano Santiago, le
vuelve a escribir a su amigo Rodulfo: “Amigo
queridísimo: Ya lo habrá sabido usted: aquí
estoy, sin título, sin salud y sin nada".
Luego le comunica que en agosto piensa irse
a La Habana a terminar su carrera porque:
...va en ello interesado mi amor propio,
que ahora está
muy herido y que
después de aquel amor maldito,
que
tantas amarguras
me ha traído, del amor de
mi tierra y
del amor que profeso
a mi familia y a la
suya...
Mi desgraciado espíritu
aventurero, necesita,
de vez
en cuando, reconstruirse
de los jirones perdidos
en la jornada, con
los fuegos de esta naturaleza
lujuriosa,
que nos crió sí sus
pechos.
A eso vine la otra
vez, a mudarme de alma,
que la tenía
sucia, y a eso vengo
ahora, a cobrar alma
nueva.
Lo más probable será,
porque tengo gran empeño
en ello...
Yo no puedo apreciar
lo que en mi ha pasado,
pero mucho
debe haberme salido
Carmita a la cara y hondas
señales
el dolor habrá dejado
en mi rostro, cuando
Santiago, gran
conocedor de mi antiguo
ser, dice que yo
estoy serio y
triste y tengo cara
de hombre por primera
vez en mi vida. |
El dolor agudo, la decepción y el desengaño del marchitado amor de Carmita servirán
de base para el nacimiento
del hombre nuevo.
Es “el tiempo de la misericordia
de Dios”,
en la vida de Pepe Diego.
Escribió doña Margot
Arce de Vázquez: “La soledad
del lugar, la
contemplación de la naturaleza,
la sencillez,
de la vida campesina influye
decisivamente
en el tránsito de la incredulidad
a la fe".
En Palmares, allí en la
soledad y en comunión
con la naturaleza escribe
el poema “Desde
la Sierra”. El poema encierra
un tono de
agradecimiento, perdón
y se comienza a entrever
una tierna alegría en el
alma del poeta y
un acercamiento a Dios.
Carmita Echavarría6 no fue una ilusión en al juventud de Pepe Diego. Ella fue una
realidad vibrante de vida, de amor, de pasión
y de ternura. La "Laura" de Pepe
Diego, al paso de los años se convirtió en
el motivo mismo de sus gloriosas victorias
líricas y patrias.
NOTAS:
1 José de Diego no fue aceptado por la familia
de Carmita porque el joven
poeta era un bohemio
y no había terminado sus
estudios de Derecho
en Barcelona. Además se
había entregado en
España a la política, a
los jolgorios y era
algo mujeriego. Además,
Pepe Diego era hijo
de un Guardia Civil y de
Juana Elisa Martínez,
viuda en primeras nupcias
del soldado Manuel
Arzis (tuvieron un hijo
que murió) y en segundas
nupcias casó con Felipe
de Diego y Parejón.
Según aquellos tiempos
la familia de Carmita
era de mayor prosapia y
tenía en su sangre
apellidos como Echavarría,
Gayá, Conti y
Torralbo entre otros. Socialmente
estaba
por encima del poeta.
2 Mis Bodas; 1887.
3 Es importante aclarar que don Rodulfo tenía
cuatro hijas Emilia, Rosa,
Elvirita y Camelia
por eso el poeta habla
del “nido que tiene
en su casa”, y que el Poeta
envía sus primeras
cartas a la mano con un
peón y éstas llegaban
a su destino.
4 Se cree que las cartas era interceptadas
por el padre de Carmita.
5 Doña Lola era íntima amiga de De Diego y
se encontraba en España
en esos tiempos.
Ella no era muy querida
por el régimen colonial
de la Isla.
6 Carmita se casó con Alfredo Koppich en l893
y tuvo 5 hijas y un varón.
Murió en el Manicomio
Insular el 17 de octubre
de 1910. José de Diego se casó con Petra Lucila de
La Torre en primeras nupcias,
el 19 de marzo
del l892. El matrimonio
fue anulado; el único
caso en Puerto Rico para
la época por Decreto
del Papa Pío XII. De Diego se casó en Mayagüez en segundas
nupcias con la señorita
de alta sociedad
Gerogina Blanes, el 10
de noviembre l900.
Procrearon dos hijos, José
de Diego Blanes
y Estrella de Diego Blanes.
Al matrimonio le fue bien. Mas, se dice que
ellos se acostumbraron
a vivir con "la
sombra de Laura" [Carmita],
el amor
de juventud de su Padre.
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