CARTA DEL FÍSICO DIEGO ÁLVAREZ CHANCA
AL CABILDO DE SEVILLA
DÁNDOLE CUENTA DEL SEGUNDO
VIAJE
DE CRISTÓBAL COLÓN,
EN EL CUAL DESCUBRIÓ LA
ISLA DE SAN JUAN
Fragmento
Tome el PReb-examen sobre: EL DESCUBRIMIENTO DE PUERTO RICO
uego aquel día1 partimos desta isla, que no estaríamos allí
más de seis ó siete horas,
fuimos para otra
tierra2 que paresció á ojo que estaba en el camino
que habíamos de hacer:
llegamos noche cerca
de ella.
Otro día3 de mañana fuimos por la costa della: era muy gran tierra, aunque no era muy continua, que eran más
de cuarenta y tantos islones,4 tierra muy alta, é la más de ella pelada,
la cual no era ninguna
ni es de las que antes
ni después habemos visto.
Parescía tierra
dispuesta para haber en
ella metales: á ésta
no llegamos para saltar en tierra, salvo una carabela latina
llegó á un islón de éstos,
en el cual hallaron
ciertas casas de pescadores.
Las indias que
traíamos dijeron que no
eran pobladas.
Andovimos por esta costa lo más de este día,
hasta otro día5 en la tarde que llegamos á vista de otra
isla llamada Burenquen,
6 cuya costa corrimos todo un día;7 juzgábase que tendría por aquella banda treinta
leguas. Esta isla es muy
muy hermosa y muy
fértil á parecer: á ésta
vienen los de Caribe
á conquistar, de la cual
llevan mucha gente;
éstos no tienen fustas
ningunas ni saben
andar por mar8; pero, según dicen estos Caribes que tomamos,
usan arcos como ellos,
é si por caso cuando
los vienen á saltear los
pueden prender también
se los comen como los de
Caribe á ellos.9
En un puerto10 desta isla estovimos dos días, donde saltó
mucha gente en tierra;
pero jamás podimos
haber lengua, que todos
se huyeron como gente
temorizada de los Caribes.
Todas estas islas fueron descubiertas de este
camino, que hasta aquí
ninguna dellas había
visto el Almirante el otro
viaje, todas son
muy hermosas é de muy buena
tierra; pero
ésta paresció mejor á todos...".
Fuente: Cayetano Coll y Toste: Boletín Histórico
de Puerto Rico. (San Juan,
Puerto Rico, Tip.
Cantero, Fernández y Co.,
1917). Tomo IV.
Págs. 108-110.
Notas:
1. Isla de Santa Cruz donde surgieron el jueves 14 de Noviembre
(Nav.) Error craso. --El
crucero al zarpar
de Santa Cruz, á quien marcó nuestro académico Navarrete
equivocadamente, con el
nombre de San Martín, hizo rumbo al norte para corregir la caída
de sotavento y fijar después
el derrotero
al noroeste como venía
haciéndolo el Almirante
al bojear el Archipiélago.
Llegó de noche
frente á Virgen Gorda. El día 15, de mañana la costeó, y dándose
con el archipiélago de
islas Las Vírgenes envió cuarenta y seis hombres con naves
ligeras á explorarlas y
el crucero se mantuvo
en alta mar por temor á
los escollos, según
refiere Pedro Mártir de
Anglería C. y T.
El mismo jueves 14 de Noviembre.
- Coll y
Toste (C. y T.).
2. Isla de Santa Cruz donde surgieron el jueves 14 de Noviembre
(Nav.) Error craso. --El
crucero al zarpar
de Santa Cruz, á quien marcó nuestro académico Navarrete
equivocadamente, con el
nombre de San Martín, hizo rumbo al norte para corregir la caída
de sotavento y fijar después
el derrotero
al noroeste como venía
haciéndolo el Almirante
al bojear el Archipiélago.
Llegó de noche
frente á Virgen Gorda. El día 15, de mañana la costeó, y dándose
con el archipiélago de
islas Las Vírgenes envió cuarenta y seis hombres con naves
ligeras á explorarlas y
el crucero se mantuvo
en alta mar por temor á
los escollos, según
refiere Pedro Mártir de
Anglería C. y T.
3. El día 15 de Noviembre. - C. y T.
4. A la mayor de las islas llamó el Almirante
Santa Ursula: y á todas las otras las once mil Vírgenes. (Nav.)
5. El día 16 de Noviembre -- El Padre Nazario
se inclina á que Colón
«pondría á buen recaudo
la flota en la isla de
Vieques»-La flota
se mantuvo esa noche en
alta mar á la corda temporejando o sea al pairo. No perdió 12 horas en ningún sentido, como
pretende el padre Nazario;
al contrario,
la corriente ecuatorial
le era favorable
en el derrotero que llevaba;
de manera, que
en la mañana del 17 en
lugar de perder tiempo,
al pairo, lo ganó por la corriente de retorno del
Gulf-stream. --C. y T.
6. Isla de Puerto Rico, á la que llamó el
Almirante San Juan Bautista (Nav.) -- Aquí rompe el padre Nazario con
Chanca, pues, asevera se
llamaba la isla
Carib. El verdadero nombre indígena de la Isla
era Boriquén -- C. y T.
7. El día 17 de Noviembre. -- Hay que tener
en cuenta que el precavido
Colón no costeó
la banda meridional de
nuestra Isla como
acostumbran á hacerlo hoy
nuestros marinos,
conocedores del derrotero
que llevan. La
pérdida de la Santa María en las costas de Haity, durante el primer
viaje, era una enseñanza
que obligaba al
ilustre marino á ser más
previsor aún en
su segunda expedición,
por llevar diez y
siete velas, y tres de
ellas de gran trasporte,
que le hacían temer las
escolleras y restíngas,
dirigiéndose, como dice
Pedro Mártir de Anglería,
por alta mar por temor á los escollos. Por lo tanto, lógico es suponer que la
armada corrió el sur de
Boriquén, lo más alejada posible de tierra, y al
notar frente á la punta
Parguera el oleaje
más grueso, que le acusaba
la peligrosa costa
de los Morrillos de Cabo-rojo, se echara más fuera aún, recurvando después,
y volviendo su rumbo al
norte en busca del
fuerte de Navidad, en la
Española, constante
aspiración del Almirante.
--C. y T.
8. Este es un error. -- Los boriqueños sabían
navegar en canoas como
los haitianos, con quienes mantenían tráfico; especialmente
con los indios del Higüey.
Con estas mutuas
relaciones, fué que tuvo
conocimiento Juan
Ponce de León, de las fértiles
tierras y
condiciones auríferas de
Boriquén. Dice Oviedo,
que la madre de Agüeybana, el cacique principal boriquense, «era buena
mujer, é como era de edad,
tenía noticia
de las cosas acaecidas
en la conquista é
pacificación de la Isla
Española, é como
prudente continuamente
decía é aconsejaba
á su hijo é á los indios
que fuesen buenos
amigos de los chripstianos,
si no querían
todos morir á sus manos»
--C. y T.
9. Esta nota de antropofagía en los boriquenses es errónea; pues no la confirmó después
la conquista, como sucedió
con los indios
de las islas de Barlovento
y costas de Tierra-firme.
Oviedo dice: «Estos flecheros
destas iislas,
que tiran con hierva, comen
carne humana,
excepto los de la isla
de Boriquén». --C.
y T.
10. Ensenada de Mayagüez. (Nav. --Esta nota
la puso don Martín Fernández
de Navarrete,
el año de 1825, como opinión
propia, equivocándose
como lo verificó respecto
á Cuba y Santo
Domingo. Don José Julián
de Acosta, al anotar,
en 1866, la nueva edición
de la Historia de Puerto-Rico de Fray Iñigo Abbad, siguió á Navarrete,
como él mismo lo confiesa,
página 20. Lo
mismo Vizcarrondo en sus
Elementos de Historia y Geografía de Puerto-Rico (1863), y Janer en sus Elementos de cosmografía y geografía de Puerto-Rico.--(1890). Cabe la honra á Brau, en su obra,
Puerto Rico y su historia (1892), de haber vuelto por los fueros de
la verdad oscurecida, y
á la par, sostener
la tradición oral, robustecer
la opinión
de Iñigo Abbad en su Historia de Puerto-Rico y de Stahl en Los indios borinqueños (1889), devolviendo a la villa de la Aguada
la gloria que le pertenece,
de haber sido
el sitio electo por el
Almirante para pisar
la tierra de Boriquén y
tomar agua la escuadrilla.
--C. y T.
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Libros sobre los Taínos y la Colonización
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