CTA NOTARIAL
RELATIVA AL JUICIO DE LOS
INSURRECTOS
EN EL GRITO DE LARES
(Posiblemente escrita por el juez don Nicasio Navascues a cargo del proceso)
"LOS INFRASCRITOS juez y Escribano de la causa que se instruye
con motivo de la rebelión
armada ocurrida
en Lares, el Pepino y otras
jurisdicciones;
y cuya causa se encomendó
por su acuerdo
del tribunal pleno de Su
Excelentísima la
Real Audiencia del territorio,
fecha veinte
y [roto] de setiembre último
al juez que
subscribe, cumpliendo lo
dispuesto en Auto
de ayer.
ertificamos:
Que en la noche del veinte y dos de setiembre
último se reunieron en la casa de Mister Matías
Brugman, situada en el
barrio de Buenavista
(campo) jurisdicción de
Mayaguez Don Henrique
Brugman, Don Bruno Schalsíe,
Don Rafael Arroyo,
Don Elías Beauchan, Don
Agustín Lara, Pepe
García, Dionisio Beauchan
o la mayor parte
de los mismos con otros,
incluso Paco Arroyo,
teniendo por obgeto la
reunión el quedán
conformes en el siguiente
día salir armados
al campo con las partidas
de gente que pudieran
reunir con obgeto de proclamar
la libertad
y la independencia de esta
isla, para la
cual hacían muchos meses,
que funcionaba
la Sociedad Secreta denominada
"Capá
Prieto", de la que era
presidente Mister
Matías Brugman, vicepresidente
Don Juan Terrefort, secretario Don Baldomero Bauren alias Guayuvín,
hermano instructor Don
Francisco Arroyo y
socios otra porción de
personas que lo tienen
confesado en sus respectivas
inquisitivas
anunciando a otros que
todavía no han podido
ser obgeto de indagación:
Que la presitada reunión se convocó inesperadamente, á consecuencia de haber tenido noticias
Don Manuel Rojas presidente de la Sociedad Secreta "Bravo
número 2" establecida en
su casa, barrio
de Pezuela, jurisdicción
de Lares, que el
presidente de otra Sociedad
Secreta denominada
"Lanzador del Norte" había
sido
puesto preso por el Señor
Comandante Militar
de este Departamento de
Arecibo en la noche
del veinte al veinte y
uno de setiembre,
ocupándole algunos papeles,
que suponían
podían comprometer y descubrir
a la mayor
parte de los afiliados
en las tres referidas
sociedades, y en la que,
bajo el título del
"Porvenir" establecida
en el Cuartel
de Milicias del Pepino,
bajo la presdiencia
del Alferez de aquel cuerpo
funcionaba, como
delegación de la del Bravo
Número 2: Que
el movimiento se operó
en su consecuensia
prematuramente, pues debía
tener lugar simultáneamente
en varios puntos de la
isla, entre ellos
Mayaguez, (población) Cabo
Rojo, San Germán,
Yauco, Ponce y otros, que
no se han enunciado
por los acusados, debido
todo a la inesperada
prisión de Don Manuel María
González, presidente
del "Lanzador del Norte":
Que con el fin de hacer el levantamiento simultáneo
en varios puntos, todas las sociedades mandaron sus representantes
a la del "Capá Prieto",
efectuándose
la reunión en uno de los
días del dies al
quince de setiembre último
en la casa de
Don Pablo Beauchau, en
la que se reunieron
Mister Matías Brugman,
Baldomero Baurén alias
Guayuvín, Don Juan Terrefort,
Pedro Beauchan
y cuatro personas mas,
desconocidas para
el Pablo, y que debieron
sér Marcelino Vega,
secretario de la de "Lanzador
del Norte",
Don Manuel Cebollero, presidente
de la del
"Porvenir' y, tal
vez Don Manuel Rojas,
según se infiere de la
declaración de Manuel
Ramírez, obrante en la
pieza primera de Lares,
sin que en aquel día lograran
acuerdo alguno:
pero, con posterioridad
y antes de la noche
del veinte del precitado
mes, debió tener
lugar tal acuerdo, puesto
que el Don Manuel
Ramírez, vecino de Lares,
se presentó en
la misma al presidente
del "Lanzador
dei Norte", pidiendo
le convocara á
sus socios para decidirlos
a levantarse el
día veinte y nueve; y en
efecto tuvo lugar
la reunión bajo la presidencia
de Don Manuel
María González en una casa
deshabitada, situada
en el barrio de Ciénaga,
jurisdicción de
Camuy, perteneciente aquella
á Don José Cesilio
López, en cuya reunión
el Ramírez la necesidad
de realisar el movimiento
en el día veinte
y nueve, á lo que se oponía
Don Manuel María
González, manifestando,
que se carecía de
armas y otros recursos,
replicando Ramírez
que él mandaría armas y
que en nueve días
podían buscarse de debajo
de la tierra, concluyendo
con manifestar, que si
el "Lanzador"
no iniciaba el movimiento,
le quedaría al
Centro Bravo Número 2,
la gloria de haberlo
iniciado; con lo que la
generalidad de los
socios que asistieron á
dicha reunión, incluso
el Cecilio López estuvieron
conformes, componiéndose
aquella del presidente,
de Don Marcelino
Vega, Don Carlos Martínez,
Don Bonifacio
Aguería, de Don José Antonio
Hernández, Don
Ramón Estrella, Don Bartolomé
González, Comisarios
de barrios, de Don Cecilio
López, Casto Antonio
Santiago, Don Manuel Ramírez
y Don Ulises
Cancela:
Que a luego de terminada la reunión mandó el presidente Don Manuel María González
todas las actas y papeles
más importantes,
pertenecientes á la sociedad,
á Don Manuel
Rojas presidente del "Centro
Bravo"
o sea "Bravo Número 2",
por medio
de un espreso; y á las
pocas horas, o sea
al amanecer del veinte
y uno fué cuando,
á virtud de ciertas noticias
suministradas
por el Capitán de Milicias
Don Juan Castañón,
Comandante de Cuartel de
Quebradillas, con
la que se formó el oportuno
espediente, se
decidió el Señor Coronel
Gefe de este Departamento
á practicar un escrupuloso
reconocimiento
en la casa de Don Manuel
María González,
ocupándole un cuaderno
manuscrito, compuesto
de nueve hojas, que se
encabeza con el epígrafe
de "Reglamento formado
por nosotros
los fundadores de la asociación
para la libertád
é independencia de la isla
de Puerto Rico";
en cuyo reglamento se desarrolla
la organización
de la sociedad que constaba
de Hermanos,
Priores y Maestres descendiendo
después á
designar las obligaciones
de los socios y
de los Maestres; y los
modos de hacer la
propaganda revolucionaria;
ocupándose igualmente
un manuscrito en que se
critica la administración
general de la isla y otro
de máximas, unas
morales y otras inmorales,
en especial en
lo que se refiere al crédito
y operaciones
mercantiles, con más algunas
anotaciones,
en que se habla de la necesidad
de armarse
y equiparse, ver que armas
tiene cada uno,
así como también los individuos
con que se
cuenta, verse en Mayaguez
con Don José María
Gonce sobre el importante
negocio; y también
se encontraron varias hojas
de papel sellado
de diferentes años, que
ocupó la referida
autoridad militar:
Que es incuestionable por estar demostrada, con los testimonios de variedad de los
procesados, incluso los
de Don Manuel Rojas,
Don Manuel María González,
Don Manuel Cebollero, y varios socios de la de Capá Prieto, la
existencia de las cuatro
sociedades secretas
denominadas "Centro Bravo
Número 2,
Capá Prieto Número 1°,
Lanzador del Norte
y Porvernir", todas funcionando
con
su reglamento, con la admisión
de socios,
mediante la fórmula del
reglamento, en el
que, entre otras cosas,
se comprometían los
afiliados a poner la mano
en donde se les
mandase, sin objetár cosa
alguna, saliendo
al campo armado cuando
se determinara, para
proclamar la libertad,
la independencia de
esta provincia, la república
y la destrucción
de todos los elementos
políticos y aun materiales
que hoy la constituyen;
aparetiendo suficientes
méritos para creer, que
en la Isabela, sin
constituirse todavía en
sociedad, había varias
personas comprometidas
con el mismo fin,
y que en Ponce era el presidente
del Club,
Don Carlos Eliot Lacroix, que era conocido entre los socios bajo
el nombre de Luis Catalá,
cuyo seudónimo
habrá adoptado, por hacerse
demasiado público
los nombres propios, sin
que hayan llegado
a descubrirse las sociedades
de San Germán,
Cabo Rojo y Arecibo, por
más que existen
indicaciones de que tanto
en dichos sitios,
como en la Capital se trabajaba
en el mismo
sentido, y no se conciba
de otro modo las
cuatro sociedades secretas
de que se ha hecho
mensión, en el pequeño
radio de cuatro o
seis leguas:
Que el juramento exigido a los afiliados y los testimonios de la mayor paree de los
que han sido indagados
consignan clara y
terminantemente, que el
obgeto de dichas
sociedades era el de allegar
medios para,
en su día, hacer la proclamación
de los obgetos
á que se ha hecho referencia,
sosteniendo
entre tanto latente la
conspiración, mediante
la mutua comunicación de
proclamas y otros
papeles subversivos, contrarios
todos y calumniosos
á la nación española, a
la Señora que ocupaba
el trono y al nombre español;
exigiendo a
los socios distintas cantidades,
según su
función, y haciendo otras
colectas de dinero,
que en distintas ocasiones
se ha remitido
al Doctor Don Ramón Emeterio Betances existente, unas veces en San Thomas, otras
en Santo Domingo y algunas
en los Estados
Unidos, y de quién se esperaban
recursos
de hombres y armas, según
unos, de mil quinientos
rifles y según otros, de
mayornúmero:
Que tan luego como se apercibiesen los socios
del Lanzador del Norte, de que su presidente había sido preso,
se agitaron, especialmente
Don Carlos Martínez,
hermano uterino de aquel,
levantando gente
en los barrios de Camuy,
con el obgeto de
matar a los que lo habían
conducido en tal
concepto, obedeciendo las
órdenes de el Señor
Gefe del Departamento,
y desde la mañana
del veinte y uno reunieron
varios grupos;
Martínez quiso ocupar un
depósito de cartuchos
que, para el obgeto revolucionario,
tenía
ocultos Don José Antonio
Hernández, todo
bajo el pretesto de que
se levantaban patrullas
para perseguir a los que
seis días antes
habían robado la casa de
un canario dándole
muerte en la jurisdicción
de Hatillo:
Que congregada la gente armada en la de Don Matías Brugman en la mañana
del veinte y tres del propio
mes; y llegando
a las inmediaciones de
la misma, muchos de
los socios del Capá Prieto,
conforme habían
convenido en la noche anterior,
conduciendo
algunos sus esclavos, como
Don Pedro Beauchan
que llevó cuatro únicos
útiles que tenía,
Don José Antonio Monal
que se presentó con
tres, y Don Pablo Beauchan
que mandó a dos,
ofreciéndoles la libertad
tan pronto como
la ganasen en la pelea,
la gente se puso
en marcha, mandada por
Don Juan Terrefort,
que dió un viva a la libertad;
egerciendo
mandos subalternos indeterminados
los que
iban á caballo, armados
de revólver y sable
ó machete, escopeta y también
algunos de
rifle; y después de recoger
á varios jornaleros
que espontánea ó involuntariamente
engrosaban
las filas de los rebeldes,
armados los de
a pié de machetes, marcharon
todos en dirección
de la casa de Don Manuel
Rojas, habiendo
hecho alto antes en la
del Comisario Don
Manuel Gómez, en la que
bebieron líquidos
alcólicos; continuaron
su marcha en aquella
dirección allanando a su
paso, la casa del
catalán ó mallorquín Coll,
cuya tienda abrieron
a viva fuerza, disparando
los ginetes sus
revólveres sobre la misma,
entrando a saco
en ella la gente de color
que después de
aprovecharse de algunos
comestibles, arrojaron
al camino todos los efectos
que en ella había,
incluso el cajón y monedas
de cobre que contenía,
llevándose consigo, en
clase de preso al
único dependiente que representaba
aquella
casa:
Que unos pasos antes de llegar a la de Don Manuel Rojas, situada en el
barrio de Pezuela, era
esperada la gente
por otra armada que se
confundió con la procedente
del barrio de Buena Vista
y toda reunida
hizo alto en casa de Rojas,
municionándose
las gentes con cápsulas
de revólver y algunos
cartuchos que desde por
la mañana se estaban
haciéndo en dicha casa
á toda prisa custodiando
aparte de la fuerza a pié
algunos ginetes
y colocando la restante
en las almacenes
de la precitada casa: Que
antes de partir,
Rojas enarboló una bandera
cuadrada y encarnada, y Clemente Millán otra blanca en forma
diagonal y rectangular
y despues de presentarse
como gefe de la fuerza,
dio vivas a la libertad,
a la independencia de la
isla y a la república,
con mueras a los españoles
e Isabel II, cuyas
locusiones repetían los
ginetes alzando los
revólveres; quemándose
después y picándose
algunas libretas de jornaleros:
Que á seguida se puso en marcha la comitiva, compuesta según unos, de trescientos hombres,
según otros, de mucho mayor
número, dirigiéndose
mandados por Rojas a Lares,
no sin haberse
detenido en la tienda de
Don Felipe Arana,
de la que tomaron varios
efectos y caballos
y en la que Paco Arroyo
disparó su revólver
contra Agustín Venero,
hombre de color, sin
otro motivo que haberse
mostrado perplejo
á seguir a los rebeldes,
y de cuya herida
murió a los pocos días:
Que otra partida armada allanó la casa de
Don Pedro Gandarillas, estanciero, situado a un quilómetro de
la casa de Don Manuel Rojas,
entre cuyo número
se hallaban Don Joaquín
Parrilla, su hermano
Don Manuel, Don Galvino
Plumey, Don Contado
Colón, Don Manuel de León,
y después de amenazar
al Gandarillas con los
machetes, escopetas
y revólvers gritando viva
la libertad, viva
la independencia de la
isla, viva la república,
mueran los españoles, muera
Isabel Segunda;
lo ataron con una soga
que al efecto llevaban,
sin que le permitieran
echarse ni ponerse
una levita; y en tal situación
fué conducido
a la casa de Rojas, distinguiendo
entre los
rebeldes a Félix Medina,
Ygnacio Antonio
Vélez y Catalán Rodríguez,
sin que le permitieran
volver la vista atrás los
que hacían de gefes,
porque al efecto le amenazaban
con las armas,
contándose entre aquellos
Gavino Plumey,
hermano de la muger de
Gandarillas, y llegando
á casa de Rojas donde,
se titulaba gefe del
Cuartel General, su mayor
/[f. 8v.] dama
Dominga Lope, fué remitido
por órden del
mismo a Lares en unión
de Don Cristóbal Mangrave
que también iba preso y
habiendo escalado
los rebeldes la tienda
de Don Bartalomé Bernal
volcando cuanto en ella
había, lo hicieron
también preso y continuaron
su camino para
Lares donde los colocaron
en el cepo de ambos
pies entrando al cuarto
en que se hallaban
en igual calidad el Alcalde
y Secretario:
Que llegada la fuerza á Lares se dispararon
varios tiros gritándose Viva la Libertad; Viva la República;
Viva la Independencia,
Vivan los Puertorriqueños,
Mueran los Españoles, cuyas
voces proferían
generalmente ordenando
Rojas que se cercare
la casa de Don Frutos Caloca
en cuyo acto
dijo Andrés Pol hechen
fuera á ese español
que lo vamos a matar y
arrastrar por las
calles disponiendo a la
vez el precitado
Rojas que se asaltase la
casa, lo que se
efectuó rompiendo sus puercas
á golpes de
machete y de hacha con
cuyo motivo Caloca
se fugó en calzoncillos
y descalzo arrojándose
por una ventana y al verificarlo
se encontró
al pié de la misma a Nicolás
García, sapatero
de oficio y Alejandro Ramírez
albañil que
no tenían otras armas que
machete pero al
ver á Caloca con arma de
fuego lo dejaron
marchar:
Que se reconoció penetrando los rebeldes
hasta el cuarto de su esposa Doña Ditalia Cueto á la que se le instó
vivamente por Don Aurelio
Méndez juez de
Paz, que digera donde estaba
su marido pues
él lo presentaría á Rojas
y no le sucedería
nada, habiendo invadido
previamente la turba
entre la cual se hallaba
Don Leopoldo Plumey,
el negro Juan Ramón del
Pozo, Don Manuel
Rojas, Don Andrés y Don
Bernabé Pol, la casa
de la que despareció una
caja de alhajas
que valdría mas de cuatrocientos
pesos profiriendo
los unos y los otros las
locuciones de que
su marido no había venido
a Puerto Rico mas
que á buscar dinero, cobrar
sus cuentas inmediatamente,
no tener consideración
á nadie y por último
que era una lástima se
tubiera casada con
un español: Que en la casa
de Don Antonio
Ferrer y de los Márques
se cometieron idénticos
escesos, se tomaron de
las tiendas de los
mismos y tambien de la
de Caloca cuantos
efectos subieron por conveniente,
se hicieron
presos al Don Antonio Ferrer,
á Don Pedro
Mayol y á otra porción
de peninsulares habiendo
disparado dos tiros al
Ferrer Don Cesáreo
Martínez, otro de los rebeldes,
que tomó
uno de los caballos del
Ferrer:
Que una vez reunidos los gefes y demas que ejercían mandos subalternos en la rebelión,
entre cuyo número se encontraban
todos los
que se han enunciado de
los barrios de Mayaguez,
Don Manuel Rojas, Don Pedro
Segundo García,
Don Juan Terrefort que
como el anterior eran
de Mayaguez; Don Francisco
Santana, Don Andrés
y Don Bernabé Poi, Don
Joaquín Parrilla,
Don José Ribera, Don Eusebio
Ibarra, Don
Manuel Cebollero, los tres
hermanos Plumey,
Don Clemente Millán, Don
Aurelio Méndez y
otra porción de personas,
en la Casa de Rey
se destituyó al Alcalde
obligándole Rojas
á decir Viva la Libertad
para lo que le tomó
del brazo insistiendo en
que con más fuerza
profiriese tal palabras
y después de quitar
de su sitio el retrato
de la Señora que ocupaba
el trono, se creó un Gobierno
Provisorio
ó sea provisional republicano
bajo la presidencia
de Don Francisco Ramírez,
siendo sus ministros
respectivos Don Aurelio
Méndez, juez de Paz,
de Relaciones Exteriores
según unos y según
otros de la Guerra, Don
Federico Valencia,
escribiente de dicho juzgado,
de Gracia y
justicia, Clemente Millán,
Agente de Relaciones
Esteriores é Interiores
y el ciudadano Bernabé
Poi, Secretario General
del espresado gobierno:
Que el mismo funcionó dictando Ramírez las
órdenes que se acompañan literalmente mandando fijar
en las paredes los edictos
que obran ocupados
en autos y en los que consta
bien definido
que el objeto de la rebelión no era otro que el de no continuar bajo
el dominio español estando
dispuestos antes
a morir; Que al amanecer
después de haber
vivaqueado por la calle
la fuerza armada,
se puso en marcha la mayor
parte de la misma
en dirección al Pepino
con objeto de posesionarse
de dicho pueblo y ocupar
las armas existentes
en el Cuartel de Milicias,
mandados por Rojas,
recogiendo la gente de
los campos que encontraban
a su paso y á la que obligaban
á formar parte
de la espedición, y entretanto
fueron llegando
otras partidas de los campos
inmediatos á
Lares, entre los que figuraban
la mandada
por Pedro Pablo González,
á quien el día
anterior, había llamado
el juez de Paz usando
del sello del juzgado,
para que se le presentara,
encargándole en la entrevista
que con el
mismo tuvo, que viniere
al siguiente día
con la fuerza armada que
pudiera reunir,
cuya circunstancia así
como también la de
haber hecho otro encargo
igual á Manuel Cirilo
González [ilegible] el
precitado juez de
Paz pero le a pedido ocuparse
una de las
papeletas en que consta
el llamamiento:
Que llegada la fuerza al Pepino, penetraron en dicho pueblo, es decir hasta
su calle llamada de Lares
y plaza, en que
está situada la Casa de
Rey, sobre treinta
o cuarenta hombres á caballo,
entre cuyo
número se hallaban Don
Manuel Rojas, Don
Manuel Cebollero, Don Eusebio
Ybarra, Don
Clodomiro Abril, Don Andrés
Pol, Don Rodulfo
Echevarría, Don Ygnacio
Balbino Ortolaza,
Don Pedro Segundo García,
Don Leandro Ribera,
saliendo del grupo las
voces de Viva Prim,
Viva la Libertad, y por
último Viva la Independencia
de la Isla, y habiéndose
disparado por parte
de los rebeldes una arma
de fuego, los dies
milicianos de trece que
guarnecían el cuartel
mandados por Don Pedro
San Antonio y Don
Pablo Chavarri hicieron
fuego sobre los rebeldes
lo mismo que el Corregidor
de Aguadilla;
el cual fué contestado
por estos, habiendo
quedado muerto de entre
los rebeldes un hombre
desconocido á quien se
atribuye ser dominicano
y Brigadier, heridos, otro
desconocido y
el miliciano de Lares Venancio
Román, los
cuales murieron a las pocas
horas; resultando
herido el miliciano Clemente
Borrero y Aniceto
Aborrio que se hallaban
al lado de la autoridad;
constando además en esta
causa que el rebelde
Manuel Rosado, portador
de la bandera blanca,
cuya inscripción se acompáña,
recibió un
balazo en el brazo derecho:
Que a seguida los rebeldes abandonaron la
plaza y calle profiriendo la boz de "atras,
atras" que hay gente
armada y en su
fuga atropellaron con los
caballos á la gente
de a pié que todavía se
hallaba ó caminaba
por el puente y calle indicada:
Que Rojas
trató de rehacerse proponiendo
á los ginetes
regresar al pueblo, pero
aquellos no aceptaron
tal proposición y si la
de reunirse en su
casa á donde efectivamente
llegaron en distintas
facciones, no sin haber
antes mandado un
espreso á Don Francisco
Ramírez encargándole
que se retirara de su casa,
es decir á la
de aquel, cuyo encargo
también desempeñó
otro de los cabecillas
ó sea Don Pablo Rivera
y Delgado, hijo del Alcalde
de Camuy:
Que entretanto la fuerza armada iba al Pepino, Bernabé Pol, ó sea el Secretario de Gobierno
Provisional ordenó en nombre
del Presidente
de dicho Gobierno, al Reverendo
Cura Párroco
que cantare un Te Deum,
á lo que en un principio
no accedió dicho sacerdote,
pero á nuevas
instancias y mandatos y
teniendo presente
la situación de las familias
de los peninsulares
que se hallaban presos
condescendió en que
tubiere lugar tal ceremonia
aun cuando no
en la forma y con las solemnidades
que la
Yglesia ordena:
Que los presos fueron puestos en libertad
por mandato del Presidente
Ramírez ora así lo ordenara Rojas, ora se equivocara
la órden de que los condugeran
a su casa,
siendo un hecho demostrado
que el juez de
Paz y el escribiente de
dicho juzgado que
habían desempeñado los
cargos de Ministro
de la Guerra y Gracia y
justicia, fueron
los que materialmente dieron
libertad á aquellos
esplicando el juez de Paz
que había aceptado
el cargo de Ministro por
compromiso; constando
en la causa que es concuñado
de Don Manuel
Rojas, Clemente Millán,
Bernabé Pol, Manuel
Ramírez y otros de los
rebeldes, y a la vez
que el padre de aquel,
un tío y primo carnal
y dos hermanos más habían
tenido intervención
mas ó menos directa en
los actos de rebelión,
en las Sociedades Secretas
en la concurrencia
y llamamiento de gente
que [F. 15v.] en las
noches del 22 y 23 de setiembre
había tenido
lugar en las inmediaciones
de una estancias
de Café que en el barrio
de Hato Arriba jurisdicción
del Pepino, posee Don Francisco
Méndez padre
del indicado juez de Paz:
Que algunos de
los rebeldes y en especial
Cesáreo Martínez
recorrieron varias fincas
donde había esclavos
ordenando á sus amos que
en nombre del Gobierno
Superior de la Ysla los
[condujeran?] al
pueblo del Pepino á las
once de la mañana,
á cuya hora se les iba
á dar la libertad
y en efecto algunos de
Don Víctor Serrano
cumplieron tal encargo.
Que una vez congregadas las gentes autores de la rebelión en la casa de Rojas
insistió el mismo en sostenerse
en los montes,
pues el pueblo de Mayaguez
y otros tenían
que levantarse secundando
la bandera que
ellos habían alzado: Que
andubieron en montes
varios días hasta que algunos
se presentaron
a los Comisarios de Barrio
y otros fueron
aprehendidos por las tropas
del egército
y Milicias Disciplinarias
destinadas espresamente
á su persecución por el
Excelentísimo Señor
Capitán General como autoridad
militar competente:
Que alguno de los rebeldes se fugó sin hacer alto á las tropas con cuyo motivo
le hicieron fuego en cuyo
número de muertos
Mister Matías Brugman,
Guayubín y Joaquín
Parrilla aun cuando no
consta plenamente
justifica la identidad
de los dos primeros,
ni se hayan ultimado todavía
las actuaciones
en averiguación de tales
estremos:
Que tan luego como pudo averiguarse que los precitados Don Manuel Rojas, Don
Manuel Cebollero, Don Eusebio
Ybarra, Don
Rodulfo Echevarría, Don
Pedro Segundo García,
Don Clodomiro Abril, Don Andrés Poi, Don Leoncio Ribera y Don
Ygnacio Balbino Ortolaza,
formaron parte
de los rebeldes que resistieron
á la fuerza
militar que guarnecía el
cuartel del Pepino
prestando un servicio de
armas ó que la mayor
parte de ellos habían sido
aprehendidos por
tropas destinadas á su
persecución por la
autoridad superior competente,
este Juzgado
dictó el correspondiente
auto de inhibición
á favor de la jurisdición
militar que ya
actuaba en averiguación
de los que hicieron
la resistencia: Que han
sido ó están siéndolo
objeto de aquellas actuaciones
dos Alfereces
de Milicias, varios milicianos
y lo son por
parte de la jurisdicción
ordinaria dos jueces
de Paz, un suplente de
dicho cargo y varios
comisarios de barrio ora,
como conspiradores,
contra la seguridad interior
y esterior del
Estado, ora como rebeldes:
Que todas las Sociedades Secretas tenían un hermano que se llamaba instructor
con objeto de enseñar á
los afiliados el
santo y toque, bajo cuyos
signos podían ponerse
en comunicación con los
de las Sociedades
bajo las fórmulas de ¿En
que se ocupa usted?;
en asuntos útiles; deme
una letra preguntaba
el interpelante: L, contestaba
el interrogado;
M, decía el interrogante,
ó sea Libertad
o Muerte: y haciéndose
un saludo mediante
la elevación de la mano
derecha hasta la
altura de la oreja del
mismo lado y dándose
después mutuamente dicha
mano é imprimiéndose
ligeros golpes en el pulpejo
de la misma
cerca del hueco que forma
la muñeca, quedaban
reconocidos como hermanos
y pasaban á tratar
de los asuntos políticos,
de los adelantos
que hacía la conspiración
y la propaganda
revolucionaria é independientemente
que se
iba estudiando á medida
que se aumentaban
los prosélitos: Que los
gefes é individuos
de las juntas directivas
de las Sociedades
Secretas se reconocían
pidiéndose el nombre
de un Cacique á lo que
el interpelado contestaba
Agueniba:
Que no se han descubierto todavía otros motivos de la existencia de las Sociedades
Secretas y de la rebelión
abortada en Lares
que el de proclamar la
independencia de esta
ysla estableciendo un Gobierno
Republicano
sin que otras consideraciones
económicas
hayan podido influir en
la generalidad de
los rebeldes y conspiradores
para lanzarse
al terreno rebolucionario
y cohtrario a la
nacionalidad de que forma
parte integrante
esta Provincia:
Que muchos de los rebeldes y conspiradores son propietarios de haciendas de café, gozando
unos de cómoda posición,
otros adeudan gruesas
sumas contando con bienes
bastante para satisfacerlas,
unos deben más de lo que
tienen y finalmente
algunos no tienen oficio
conocido, ní medio
legítimo de subsistencia:
Que en los campos
vigilados tan solo por
Comisarios de Barrio
es donde la conspiración
se ha desarrollado
en mayor escala, pues á
todas horas podían
reunirse los afiliados
sin temor de ser descubiertos
por los dependientes de
la autoridad, sin
que pueda echarse en olvido
que la mayor
parte de la población de
la ysla reside en
el campo: Que los vecinos
peninsulares de
Lares y algunos puertorriqueños,
venían presintiendo,
hace sobre un año la perturbación
moral que
dominaba a los espíritus
rebeldes de dicho
pueblo, abrigando temores
de que el día menos
pensado podían lanzarse
á las vías de hecho,
por cuya razón, sin saber
la esistencia de
las Sociedades Secretas,
dieron el oportuno
parte ál Comandante Militar
de Aguadilla:
Que las proclamas subersivas contra el Gobierno
y Nacionalidad Española eran uno de los documentos mas importantes
que se conservaban en las
Sociedades Secretas:
Que los nombres y números
de las hasta aquí
descubiertas inducen a
creer como lo indica
uno de los presidentes
que existe otra Sociedad
titulada Lanzador del Sur,
otra Capá Prieto
y otra Bravo con distinto
número.
Que no puede dudarse que el presidente del Lanzador del Norte
estuvo en Mayaguez á últimos
de julio último,
hablando sobre los adelantos
y progresos
del plan rebolucionario
con varias personas,
entre otras con Don José
Aello G..ee, Don
Salvador Carbonel y Don
Juan Chavarri, deduciéndose
de la conversación, que
en dicha Villa, se
alimentaban dos ideas distintas,
pues unos
querían proclamar la independencia
y otros
por la anexión a los Estados
Unidos:
Que Luis Aldama, designado como uno de los
comprometidos para que al conducir los caudales públicos
á la Capital, dejaba en
Isabela revolvers,
hizo resistencia á los
municipales que iban
á prenderlo, suicidándose
antes de rendirse,
habiéndose encontrado entre
su equipaje un
pañuelo con las iniciales
de J. Ch. que deben
referirse á Juan Chavarri.
Que Don Ramón
Emeterio Betances, que
se fugó de esta isla,
por no comparecer ante
la presencia del Señor
Capitán General en julio
de 1867, lo propio
que Don Segundo Ruiz Belvis, juez de Paz de Mayaguez, estaban en contínua
correspondencia con Mister
Matías Brugman,
apareciendo como el director
de la rebelión
ofreciendo 300 fusiles,
quinientos hombres
y otros recursos y hasta
venir a morir con
sus hermanos.
Que existe un vínculo de unión indisoluble
entre las Sociedades Secretas, Betances y demás socios de aquellas, por
más que muchos no conocieran
á aquel, siendo
un hecho que los rebeldes
victoriaban al
precitado Betances: Que
entre los comprometidos,
según la correspondencia
que Rojas enseñó
á Don Manuel María González,
aparecían quinientos
hombres dispuestos á favorecer
los planes
de los rebeldes: Que el
origen, la índole
y naturaleza de la rebelión
están averiguados,
sin que pueda dudarse que
se atentaba á la
integridad del territorio,
á todo lo que
es peninsular no solamente
en lo político,
sino también en lo que
respecta a los intereses
materiales de los españoles
aquí establecidos,
pues a escepción de Don
Felipe Arana, no
padesido de [ilegible]
alguno el elemento
indígena.
Y sin la ecsistencia combinada de las Sociedades
Secretas no es fácil que se hubiera presentado armada
la revolución: Que tiene
una lógica esplicación
el que no hayan contestado
al grito de la
rebelión otros pueblos
y personas, pues abortada
aquella por la prisión
repentina de González
no es difícil suponer que
los demás comprometidos
dejaran de salir al campo
cuando ya las tropas
recorrían en columnas varios
puntos de la
ysla; sin que por ello
deba creerse que Don
Eusebio Ybarra ha faltado
escusialmence á
la verdad al referir en
sus inquisitivas
la ecsistencia de mas Sociedades
Secretas
que las descubiertas: Que
son ya obgeto de
precedimienco entre conspiradores
cabecillas
y peones cuatrocientos
cincuenta presuntos
reos poco mas ó menos y
entre los que han
confesado culpabilidad
ochenta ó mas; habiendo
sido puestos en libertad
sesenta y dos:
Que no se ha ocupado más que un escasísimo
número de armas blancas y de luego ignorándose donde se encuentran
las empleadas en la rebelión:
Que no hay
indicaciones bastantes
para suponer que ninguna
potencia estrangera ha
tenido parte en la
rebelión por más que Don
Ramón Emeterio Betances
contase con los recursos
particulares que
podía adquirir en Santo
Domingo, en San Thomas
y en otras yslas inmediatas,
pues es sabido
que tales recursos podía
proporsionárselos
sin interbención [ilegible]
del país en que
los lograra:
Y que este trabajo tiene que rescribirse de las escasas horas
en que se ha hecho para aprovechar la prócsima
salida del vapor correo francés sin que sea
dable analisar con la debida atención treinta
y dos piezas de autos y ménos entenderse
en consideraciones cuando tampoco las pide
el Excelentísimo Señor Gobernador Superior
Civil. Y en cumplimiento de lo acordado,
libramos la presente que firmamos en Arecibo,
a diez y 9 de diciembre de 1868".
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FUENTE: Archivo General de Puerto Rico. Fondo de
los gobernadores españoles.
Serie: Asuntos Políticos, subserie: Revolución
de Lares.
Caja: 181.
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