CARTA DEL 1866 AL MINISTRO DE ULTRAMAR
SOBRE UNA
"VASTA CONSPIRACIÓN MUY
PRÓXIMA A ESTALLAR"
Documento probablemente escrito por
el Gobernador de Puerto
Rico
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Gobernador y Capitán General
Don José María Marchesi
y Oleaga
1865 - 1867
Nació en Madrid, en 1801. Siendo adolescente
abrazó la carrera
militar como cadete en
el Regimiento de
Caballería de Fernesio (1819).
Décadas después,
con la muerte de Fernando
VII y el triunfo
de la causa constitucional
en España, fue ascendido
a coronel de caballería
por sus éxitos militares
en Aragón. En 1843
fue seleccionado
para dirigir las Reales
Caballerías y Armerías,
obteniendo después
el rango de general
de brigada a capitán
general. En 1864
comandó el Ministerio de
Guerra, organizando
el cuerpo de infantería.
El 18 de noviembre
de 1865 llegó a San Juan
de Puerto Rico en
el vapor Santo Domingo
para gobernar la
Isla. El gobierno de Puerto
Rico experimentaba
una crisis fiscal. El
precio de la azúcar
decayó y, con el fin
de la Guerra Civil
Norteamericana, cesó la
demanda por el algodón
puertorriqueño. La
agricultura estaría
en ruinas tras el azote
del huracán San Narciso
en octubre de 1867.
En noviembre, severos
terremotos interrumpieron
el comercio. Marchesi
exacerbó la situación
imponiendo contribuciones
adicionales y confiscando
propiedades a los
deudores. El crédito se
contrajo, llevando
a la quiebra a varias
casas comerciales.
El gobierno rechazó los
reclamos de los delegados
boricuas en la
Junta Informativa
de 1866 en Madrid, compuesta
entre otros por Segundo
Ruiz Belvis, José
Julián Acosta y Francisco
Mariano Quiñones.
Había rumores de
conspiraciones por doquier.
Para aumentar el
desasosiego en La Fortaleza,
las tropas de la
guarnición de San Juan se
amotinaron en 1867.
Marchesi intervino con
mano regia contra
los amotinados. Persiguió
y desterró a decenas
de puertorriqueños por
sus ideales liberales
o separatistas. En
el exilio, algunos
de estos -como Ramón Emeterio
Betances y Ruiz Belvis-
promovieron la insurreción
armada contra España.
En 1867, el capitán
general José María Marchesi
fue sustituido como
gobernador por don Julián
Juan Pavía y Lacy.
De regreso a su tierra,
Marchesi presidiría
el Consejo de Guerra
y luego participaría
en la palestra política
como miembro del
Senado español.
En Puerto Rico, las
condiciones de las clases
desposeías y los
pequeños propietarios se
deterioraban cada
día más. Las guarniciones
militares en toda
la Isla bajo Marchesi y
Pavía presagiaban
ya un levantamiento popular...
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15 de diciembre de 1866
xcelentísimo Señor Ministro de Ultramar,
Excelentísimo Señor
Tengo el honor de remitir
a Vuestra Excelencia
copia de una comunicación
reservada, muy
importante que he recibido
del Gobernador
Capitán General de Cuba,
anunciándome que
según despechos documentados
del Señor Ministro
Plenipotenciario de Su
Majestad en Washington
existe una vasta conspiración
muy próxima
a estallar, para declarar
la independencia
de las Yslas de Cuba y
Puerto Rico bajo la
presidencia de Manuel Quesada,
natural de
Puerto Príncipe, General
Mejicano y que es
titulado General en jefe
del ejército libertador.
Aunque ningún dato dice el Gobernador Capitán
General de Cuba se le ha
comunicado referente
a esta ysla tengo sobradas
sospechas de que
aquí trabajan con extraordinaria
actividad
y reserva para ocultar
sus planes; que no
pueden ser otros, atendida
la escasa guarnición
de esta ysla, y lo indefenso
de sus costas,
que el de dar un golpe
de mano, aunque les
salga frustrado para llamar
con él la atención
de la autoridad de Cuba
y hacer necesaria
el envío de algunas fuerzas
navales y terrestres
que les permita obrar con
mayor probabilidad
de buen éxito en aquella
ysla.
Fundado pues en estos temores
á que me da
lugar la proximidad de
San Thomas, donde
muy fácil les sería organizar
una espedición,
he contestado á aquella
autoridad con el
oficio copia Núm. 2, en
el que observará
Vuestra Excelencia la situación
en que me
encuentro si llegara el
sensible caso de
tener que hacer algún movimiento
de tropas
ó barcos para la defensa
del territorio,
cuyo mando é integridad
me ha sido confiado,
y por lo tanto la necesidad
en que me veo
de acudir en demanda de
auxilios pecuniarios,
en reintegro de los importantes
créditos
que aquel tesoro nos tiene
reconocidos por
los gastos hechos durante
la guerra de Santo
Domingo, por cuenta de
aquel presupuesto.
No es solamente la consideración de que me
he ocupado la que me obliga
á obrar así,
sino la crisis extraordinaria
que venimos
atravesando hace tiempo,
y que ya se hace
insoportable por la falta
que hace en nuestras
cajas el importe de los
depósitos y otros
fondos especiales que se
suministraron en
gastos extraordinarios
para auxiliar las
operaciones del ejército
de Santo Domingo
hasta que las tropas abandonaron
aquella
Ysla; gastos mandados reintegrar
en diferentes
Reales Ordenes y de que
por el ramo de hacienda
tiene exacto conocimiento
ese ministerio.
Todo lo que digo a Vuestra
Excelencia en
cumplimiento de mi deber.
Dios guarde a Vuestra Excelencia
muchos años,
[firma ilegible]
_______
FUENTE: Archivo General de Puerto Rico, Fondo: Obras Públicas; Serie Asuntos Varios.
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