Breves apuntes de sus orígenes hasta su abolición
por Luis R. Negrón Hernández
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Alrededor de 10 millones de africanos fueron
secuestrados, esclavizados
y transportados
a las Américas
entre los años de
1500 a 1865
Miles de familias africanas esclavizadas
fueron distribuidas
en diferentes embarcaciones
a distintos destinos;
para nunca más volverse a ver
Ilustración antigua sobre cómo acomodar los
esclavos en las bodegas
de los barcos esclavistas
En documento del Archivo de Indias, unos
mercaderes genoveses mencionan las "piezas"
humanas que no lograban sobrevivir la horrenda
travesía de Africa al Nuevo Mundo:
"Agustín de Bivaldo,
digo, que la cuenta
de los esclavos que
me mandaron vuestras
mercedes dar en virtud
de la provisión real
que para ello vuestras
mercedes tienen de
las tres cuartas
partes de las cuatro
mil
licencias que ovimos
de haber del gobernador
de Bresa, Hernand
Vázquez, Tomás e
Domingo
de Fornes e yo, Agustín
de Bivaldo es lo
siguiente... Cargáronse
en la isla de Santo
Tomé, que es en Cuinea,
un navío de Cristóbal
Riso, 300 piezas
para Santo Domingo,
de las
cuales se murieron
en el camino, según
da
por cuenta el dicho
Cristóbal, 37 piezas
y otras 6 piezas
que quedaron en tierra
en
Santo Tomé, lívidos,
y otras 6 piezas
de
1as sobredichas que
entregó en San Juan,
el dicho Cristóbal
al thesorero Hernand
Ramírez
por cuenta de Hernand
Vázquez propio, asi
quedarían para la
compañía 251 piezas".
"Después, con otro
navío se cargaron
para la dicha companía
otras 300 piezas,
el cual navío tenemos
nueva que era llegado
a San Juan y que
eran muertos hasta
entonces,
obra de 35 piezas,
porque el dicho navío
iba de camino a Santo
Domingo con los dichos
esclavos no se apuntó
lo que habrán quedado...''.
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Orígenes
partir de la Edad Media, poderosos imperios
y centenares de tribus
del África fueron
invadidos por ejércitos
musulmanes. En el
siglo 15, los portugueses
dominaron el litoral
occidental de dicho continente,
estableciendo
centros para el tráfico
de mercaderías dedicadas
al comercio de esclavos,
oro y marfil.
Castilla inició campañas militares y comerciales
similares para lograr también
acceso a dichas
rutas. A principio dei
siglo 16, Lisboa,
Sevilla y Valencia, y eventualmente
otros
grupos europeos como los
ingleses, establecieron
centros esclavistas de
africanos negros.
La catástrofe
A principios de siglo 16, se dio otro fenómeno
abominable en nuestra historia
antillana.
Con la recién conquista
española en América
y la avaricia por el oro,
los europeos esclavizaron
a nuestros indios taínos.
En pocos años,
miles de éstos sucumbieron
víctimas del maltrato,
los enfrentamientos con
los invasores, las
enfermedades que importaron
y la pena de
ver destruida su raza,
cultura y creencias.
Esta catástrofe demográfica movió a los colonos
civiles y religiosos a
pedir licencia a la
corona para sustituir a
los indios por miles
de esclavos africanos.
Esto inició uno de
los eventos más trágicos
y vergonzosos de
la raza humana, con el
secuestro y transporte
de más de 10 millones de
africanos negros
hacia el "Nuevo Mundo"
entre los
años de 1500 a 1865.
La captura
Niños arrebatados de los brazos de sus madres,
mujeres arrastradas de
sus hogares y padres
golpeados y sometidos a
la fuerza, fueron
algunas de las escenas
trágicas que antecedieron
a la partida de cientos
de miles de africanos
hacia tierras desconocidas
en el Nuevo Mundo.
La travesía
Ya en los navíos negreros, los esclavos eran
amarrados y amontonados
sin espacio para
moverse o libertad para
hacer sus necesidades
biológicas. La travesía
era larga, agitada
por las olas o un sorpresivo
mal tiempo.
La tristeza, la desesperación de no volver
a ver más a sus seres queridos
y a su pueblos,
llevó a muchos a suicidarse
antes de llegar
a tierra.
Otros, malnutridos y sedientos, morían víctimas
de las enfermedades que
se desataban dentro
de las galeras pestilentes
a excremento y
vómitos. Los enfermos eran
lanzados al mar.
En su libro De instaurando aethiopium salute, del siglo 16, el jesuita Alonso de Sandoval (pdf) describía así la terrible travesía de los
esclavos en los barcos negreros:
"Van tan apretados, tan asquerosos y tan maltratados
que me certifican los mismos
que los traen,
que vienen de seis en seis,
con argollas
por los cuellos, y estos
mismos de dos en
dos con grillos en los
pies de modo que de
los pies a cabeza vienen
aprisionados, debajo
de cubierta, cerrados por
de fuera, donde
no ven el sol ni luna,
que no hay español
que se atreva a poner la
cabeza al escotillón
sin almadiarse, ni a perseverar
dentro una
hora sin riesgo de grave
enfermedad.
Tanto es la hediondez, apretura y miseria
de aquel lugar. Y el refugio y consuelo que
en él tiene, es comer de veinticuatro horas,
no más que una mediana escudilla de harina
de maíz o de mijo crudo que es como el arroz
entre nosotros, y con él un pequeño jarro
de agua y no otra cosa sino mucho palo, mucho
azote y malas palabras". (Continúa en la p. 2).
continúa en la p. 2
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