Por Luis R. Negrón Hernández
(c) CopyRight - Prohibido copiar, reproducir
os dujos eran asientos ceremoniales utilizados por
los caciques o chamanes
(brujos o médicos
de la aldea que se atribuían
poderes
sobrenaturales).
La mayoría de los dujos, encontrados por campesinos, agricultores
y arqueólogos, son tallados
en madera, usualmente de
guayacán y decorados con
diseños
geométricos incisos,
algunos de los
cuales tenían incrustraciones
en caracol
y finas láminas de oro.
Otros, sin embargo, fueron construidos de piedra [ver ilustración superior]. Su base era de cuatro patas cortas, aunque
se ha encontrado uno en
Arecibo de tres,
probablemente por la forma
de la piedra original.
Tanto los de madera como
los de piedra son
bajos, a pocas pulgadas
del suelo, dado que
los "indios" no se sentaban,
sino
que se acuclillaban sobre
el piso.
Tan pronto se inició la conquista de
las Antillas, los españoles comenzaron a describir
estos objetos etnográficos,
de diseño
y construcción tan distinta
a los
asientos europeos.
Anacaona, mujer del cacique Caonabó de la isla la Española, le regaló al adelantado [capitán marítimo a mando de una expedición
y con poder a gobernar las tierras que descubriera]
don Bartolomé Colón catorce dujos,
según indica el cronista y humanista español
de origen italiano don Pedro Mártir de Anglería[1459-1526] en "Década de orbe novo". |
|
|
Don Fernando Colón [1488-1539], en
la biografía de su padre
"Vida del Almirante", escribió sobre la visita de
don Cristóbal a un poblado
taíno
en Cuba:
...Los principales de la isla salieron a
recibirlos y los
llevaron
en brazos a la ciudad
dándoles para
alojamiento una gran
casa
de aquellas, donde
los hicieron sentar en
unos asientos hechos
de una pieza extraña
forma, y semejante
a un animal que tiene
brazos y las piernas
cortas y la cola un
poco levantada para
apoyarse... con una
cabeza en la facha y
los ojos y orejas
de oro...
al instante se sentaron
todos los indios
alrededor de ellos,
en
el suelo.
|
Los indígenas inhalaban polvos alucinógenos de semillas molidas de la cojóbana y también
de polvo de cojibá (de la planta de tabaco) mediante dos canutillos
puestos en las narices
(en forma de "Y") que los hacían
caer en trance y así intentar
comunicarse
con sus dioses y antepasados.
Algunos europeos catalogaron los dujos como
objetos diabólicos o parte
de una
parafernalia indeseable.
Otros los verían
como obscenos e impúdicos
por mostrar
el órgano sexual masculino
entre las
patas del dujo, razón por
la cual
pudieron ser confiscados
o destruidos. Los
arqueólogos explican por
esto la razón
por la cual muchos de los
dujos han sido
encontrados enterrados
o en cuevas fuera
de los yacimientos indígenas.
-------------------------
* Visite con su familia el Museo de la
Universidad de Puerto Rico,
recinto de Río
Piedras. Verifique llamando
al número
telefónico (787) 764-0000
sobre las
horas de visita y aprecie
los dujos en
exhibición, así como otros
artefactos de arte de nuestros
antepasados
taínos.
|