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DESCRIPCIÓN DE LOS HABITANTES
DE LA GUAYANA FRANCESA
en la obra del médico-botánico
francés
Pierre Barrere (1690-1755),
publicada en el 1743 |
"Nouvelle Relation de la France Equinoxiale,
contenant la description
des Cótes de la
Guiane; de l'Isle de Cayenne;
le Commerce
de cette Colonie; les divers
changements
arrivés dans ce Pays; et
les Moeurs et Coútumes
des différens Peuples Sauvages
qui l'habitent"
[Fragmentos. Subtítulos añadidos]
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OS SALVAJES DEL CONTINENTE DE LA GUAYANA son hombres completamente desnudos, esparcidos en los bosques, rojizos, de talla pequeña,
que tienen sobre todo un
gran vientre, y
los cabellos negros y aplastados.
La desnudez
de los indios es completa
entre algunas naciones
que son vecinas al río
de las Amazonas; incluso
consideran como un presagio
seguro que quien
se hubiere cubierto lo
que el pudor nos obliga
a ocultar sería pronto
desgraciado o moriría
en el curso del año. Por
el contrario, los
que creen que es necesario
sustraer a la
vista lo que hiere la modestia,
ponen sobre
la parte del frente una
camisa, o una banda
de algodón pintada con
achiote o con el jugo
de alguna planta formando
cuadros. Estas
camisas tienen de cuatro
a cinco pulgadas
de largo por siete pulgadas
de ancho. Ellos
se las agarran a la cintura
con un hilo de
algodón y se la hacen pasar
entre las nalgas.
Los hombres creen darse
aires de galanura
haciéndose descender estas
especies de braguero
hasta los talones.
Las mujeres se sirven de un cuaiu o delantal triangular tejido de rocalla, o de granas de cristal,
de casi un pie de
ancho por la parte de abajo.
Las naciones alejadas
que no pueden disfrutar
fácilmente del comercio
de los europeos,
se cubren con una
concha o un trozo de caparazón
de tortuga atada
con un hilo. A pesar de
la desnudez natural
de todos estos salvajes,
se puede decir, sin
embargo, para su alabanza,
que premeditadamente
no enseñan nada indecente;
no se ven gestos
obscenos entre ellos, ni
incluso darse a la
menor falta al decoro."
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The Tainos: Rise and Decline
of the People
Who Greeted Columbus
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MORAL
"Con respecto a la cualidad del alma, todos los indios son muy supersticiosos,
blandengues, afeminados y perezosos. No carecen,
sin embargo, de habilidades, ni de ingenio;
y por fríos que ellos parezcan no hay quizás
nación que tenga más vivacidad; y se podría
definir un guayanés, en general, como un
hombre que parece por fuera de una perfecta
indolencia y apatía para todas las cosas,
pero en quien las pasiones son extremadamente
impetuosas. En efecto, ellos llegan a todos
los excesos. Son libidinosos en grado supremo,
y borrachos por encima de lo que se podría
decir.
Sus odios son inmortales y su venganza no
se puede saciar más que con la sangre de
éstos de quienes han recibido algún disgusto
y tienen la triste suerte de caer en sus
manos."
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A Brief History of the Caribbean:
From the Arawak
and the Carib to
the Present |
CARÁCTER
"Aunque los indios sean taciturnos y parezcan de una gran flema, tienen, sin embargo, espíritu para la cortesía
e ingenio para la sátira.
Hacen en toda ocasión
canciones por la menor
cosa, y cuando una
vez están en marcha no
hay buena palabra
y rechifla zahiriente que
ellos no digan.
Por muy espantosos que
parezcan a los europeos,
ellos se consideran muy
por encima de nosotros
y desprecian sobre todo
a los negros, tanto
a causa de su negritud
como a que nacen esclavos.
Pero está muy lejos el
que estos últimos
se estimen en menos que
los indios; por el
contrario, tienen de sí
mismos una idea mucho
más favorable que de aquéllos;
prueba los
reproches que se hacía
un día un negro y
un indio ambos esclavos...".
"Todos los salvajes
son extremadamente
sensibles al menor reproche un poco amargo que se le
haga. Ellos se dejan llevar
frecuentemente
hasta la desesperación;
algunos incluso no
quisieran sobrevivir a
la afrenta que hubiesen
recibido, y es muy común
en ciertas naciones
el estrangularse a veces
por nada. He visto
una joven india que, por
haber tenido algunas
palabras con su hermana
y haber tomado la
madre el partido de ésta,
desató las cuerdas
de su hamaca e iba a ahorcarse
en el bosque,
lo que habría hecho si
un misionero no hubiese
corrido a hacerle cambiar
de opinión tan
pronto como fue avisado."
LAS INDIAS
"Las indias son pequeñas, muy delicadas; tienen el color como el de los hombres; los
ojos dulzura que no revela lo salvaje. Hay
de ellas que parecen muy simpáticas y no
tienen de bravías más que el nombre. No aborrecen
a los tratantes franceses; pero sus intrigas
no carecen de gran peligro; los maridos las
matarían implacablemente si tuviesen la menor
sospecha.
Estas desgraciadas mujeres son propiamente
las esclavas de los hombres; además del cuidado de la casa, ellas deben
plantar, talar, escardar y arrancar los frutos,
hacer el casabe y todo lo referente a la
cocina, ir a buscar leña, tener cuidado de
los niños; en una palabra, están obligadas
a tomar parte en todo con excepción de la
caza y la pesca; también algunas veces tienen
que ir a buscar con qué alimentar a sus maridos,
quienes se mecen con una gran tranquilidad
y sin ninguna preocupación en sus hamacas." |
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OCIOSIDAD
"Casi toda la vida de los indios pasa en ociosidad; se les ve siempre metidos en la hamaca. Esta
cama acaricia agradablemente
su holgazanería
y los hace todavía más
perezosos. En ella
pasan jornadas enteras
conversando, mirándose
en un pequeño espejo, peinándose,
arrancándose
el pelo o en semejantes
diversiones. Estos
a quienes la música produce
las principales
delicias, se divierten
tocando continuamente
la flauta, o mejor mugiendo.
No se podría
encontrar comparación más
justa; pues sus
grandes flautas tienen
un sonido semejante
en alguna manera, al mugido
de un buey. No
es más que el hambre quien
puede hacerles
dejar su albergue, en el
cual estarían eternamente
acostados si se pudiesen
pasar sin comer.
Parece que estos desgraciados
hacen una especie
de honor de su molicie,
y se podría afirmar
con razón que la pereza
y la holgazanería
son el carácter dominante
de todos estos
pueblos sedentarios."
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