Pasos para la lectura y meditación de las
Escrituras
siguiendo el bilenario antiguo método monástico
católico conocido
como la "lectio divina"
(latín para lectura divina, sagrada), que servirá, entre otros,
a los Ministros lectores, proclamadores de
la Palabra,
y a las familias reunidas en sus hogares
en estos tiempos difíciles
Por Luis R. Negrón H.
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sin permiso
1. omienza a leer y practicar tu lectura al
menos una semana antes
de proclamarlas en
la Misa.
2. Encuentra un tiempo y lugar donde puedas
recogerte en silencio por unos minutos. Recuerda que en el silencio
podrás escuchar mejor
al Señor. Hacerlo frente
al Santísimo Sacramento
es lo ideal.
3. Procede a pedirle al Espíritu Santo que abra tu mente y tu corazón a las palabras
o lectura que vas
a comenzar a leer.
4. Abre tu Biblia o Manual de lectores en
los versículos que
deseas leer o en lectura
del día que se te
ha asignado leer como Ministro
lector.
5. Empieza a leer pausadamente. |
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6. Cuando una palabra, oración o frase en
particular reclame tu atención
o toque tu
corazón, detente y vuelve a leerla hasta que quede grabada
en tu mente.
7. Cierra los ojos y repite silenciosamente
para ti mismo(a) dichas
palabras.
8. Suavemente, permite que esa palabra o frase
te conduzca a una conciencia
de la presencia
amorosa de Dios en ti,
y en torno a ti.
9. Abre los ojos y sigue leyendo cuando sientas
el deseo de hacerlo; repite
el proceso hasta
que hayas terminado toda
la lectura.
10. Dale gracias a Dios por este encuentro.
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