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SANTO TOMÁS DE AQUINO:
INTERRELACIÓN DE FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA
"...la cuestión acuciante era -dijo el Papa-
si el mundo de la racionalidad,
la filosofía pensada sin Cristo y el mundo
de la fe eran compatibles o se excluían".
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SANTO TOMÁS DE AQUINO
"...un teólogo
de tanta valía que el estudio
de su pensamiento
fue especialmente recomendado
por el Concilio
Vaticano II" y "al que
el Papa
León XIII declaró en 1880
Patrono de las
Escuelas y Universidades
Católicas".."
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enedicto XVI continuó presentando la figura
de Santo Tomás de Aquino, "un teólogo de tanta valía que el
estudio de su pensamiento
fue especialmente
recomendado por el Concilio
Vaticano II"
y "al que el Papa
León XIII declaró
en 1880 Patrono de las
Escuelas y Universidades
Católicas".
Tomás de Aquino se centra en la distinción entre filosofía
y teología, porque en su
época, a la luz
por una parte de la filosofía
aristotélica
y platónica y por otra
de la elaborada por
los Padres de la Iglesia,
"la cuestión
acuciante era -dijo el
Papa- si el mundo
de la racionalidad, la
filosofía pensada
sin Cristo y el mundo de
la fe eran compatibles
o se excluían".
"Tomás -explicó el
Santo Padre- estaba
firmemente convencido de
su compatibilidad,
más aún de que la filosofía
elaborada sin
conocer a Cristo esperaba
casi la luz de
Jesús para ser completa.
Esta fue la novedad
de Tomás, que determina
su camino de pensador:
Mostrar la independencia
de la filosofía
y teología y al mismo tiempo
su relación."
Para el "Doctor Angélico", "la fe consolida, integra e ilumina
el patrimonio de verdad
que la razón humana
adquiere. La confianza
que Santo Tomás concede
a estos dos instrumentos
de conocimiento
-la fe y la razón- se remonta
a la convicción
de que ambos provienen
de la única fuente
de toda verdad, el Logos
divino, que opera
tanto en el ámbito de la
creación como en
el de la redención".
Una vez establecido
este principio de
la
razón y la fe, Santo
Tomás precisa que
se
avalen de procesos
cognitivos diversos:
"La
razón acepta una
verdad en virtud
de su evidencia
intrínseca, mediata
o inmediata, la fe,
en
cambio, acepta una
verdad sobre la base
de
la Palabra de Dios
revelada".
"Esta distinción garantiza la autonomía sea de las ciencias humanas
que de las ciencias
teológicas. Sin embargo,
esto no equivale
a una separación,
sino que
implica más bien
la cooperación recíproca.
La fe, de hecho,
protege a la razón
de toda
tentación de desconfianza
en su capacidad
y la estimula a abrirse
a horizontes cada
vez más amplios".
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Aquinas's Shorter Summa:
Saint Thomas's Own
Concise
Version of His Summa
Theologica |
Por otra parte, "la
razón con sus medios
puede hacer algo importante
para la fe, prestándole
un tripe servicio que Santo
Tomás resume
así: "Demostrar los
fundamentos de la
fe, explicar mediante semejanzas
las verdades
de la fe, rechazar las
objeciones que se
plantean en contra de la
fe. Toda la historia
de la teología es, después
de todo, el ejercicio
de este esfuerzo de inteligencia,
que demuestra
la inteligibilidad de la
fe, su articulación
y armonía interior, su
racionalidad y su
capacidad para promover
el bien del hombre".
"La exactitud de los razonamientos teológicos y su significado cognitivo real se basan
en el valor del lenguaje
teológico, que es,
según Santo Tomás, sobre
todo un lenguaje
de la analogía". La
analogía reconoce
en el mundo creado y en
Dios perfecciones
comunes y Tomás fundamenta
su doctrina de
la analogía, "además
que con argumentos
filosóficos, con el hecho
de que con la Revelación
Dios mismo ha hablado y
por ello nos ha autorizado
a hablar de Èl".
El Papa resaltó la importancia
de esta doctrina,
que "nos ayuda a superar
algunas objeciones
del ateísmo contemporáneo,
que niega que
el lenguaje religioso tenga
un sentido objetivo,
y argumenta en cambio que
sólo tiene un valor
subjetivo o emocional.
(...) A la luz de
las enseñanzas de Santo
Tomás, la teología
afirma que aunque el lenguaje
es limitado,
tiene un significado religioso,
como una
flecha que apunta a la
realidad que eso significa".
También su teología moral resulta de gran actualidad, cuando afirma
que "las virtudes
humanas, teologales
y morales están arraigadas
en la naturaleza
humana" y que "la
gracia divina
acompaña, apoya y fomenta
el compromiso ético,
pero, de acuerdo con Santo
Tomás, de por
sí todos los hombres, creyentes
y no creyentes,
están llamados a reconocer
las exigencias
de la naturaleza humana,
que se expresan
en la ley natural y a inspirarse
en ella
a la hora de formular leyes
positivas, es
decir las emanadas por
lasautoridades civiles
y políticas para regular
la convivencia humana".
"Cuando se niegan
la ley natural y las
responsabilidades que conlleva
-dijo el Santo
Padre- se abre trágicamente
el camino al
relativismo ético en el
ámbito individual
y al totalitarismo del
Estado en ámbito político.
La defensa de los derechos
humanos universales
y la afirmación del valor
absoluto de la
dignidad humana se basan
en un fundamento
¿No es la ley natural ese
fundamento, con
los valores no negociables
que indica?".
"Tomás -concluyó el pontífice- nos ofrece un concepto de la razón humana
amplio y confiado: amplio
porque no se limita
al espacio de la denominada
razón empírico-científica,
sino abierto a todo el
ser y por lo tanto
a las cuestiones fundamentales
e irrenunciables
de la vida humana; confiado
porque la razón
humana, sobre todo si acoge
la inspiración
de la fe cristiana, es
promotora de una civilización
que reconoce la dignidad
de la persona, la
inviolabilidad de sus derechos
y la convicción
de sus deberes".
AG/ VIS 20100616 (880)
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