Historia de la devoción a Nuestra Señora
la Virgen Madre de la Divina Providencia
"Patrona principal de toda la Nación
de Puerto Rico"
Nombre oficial dado a la
patrona por Pablo
VI, Bula 11, XI. 1969
por Haydée Reichard de Cancio
y Luis R. Negrón Hernández
(c) CopyRight - Prohibido copiar, reproducir
Imagen de la Virgen Madre de la Divina Providencia
en uno de los altares laterales
de la Catedral de la ciudad capitalina de
San Juan Bautista en Puerto Rico.
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Nuestra Señora
Madre de la Divina
Providencia
Patrona de toda la
Nación
puertorriqueña
- HIMNO -
Virgen Santa de la
Providencia
Madre de Clemencia,
Honor del Caribe.
Protectora, Borinquen
te aclama.
Patrona te llama
y a tu amparo vive.
Los Boricuas, tus
hijos amados,
llegan confiados
a buscar los bienes,
que les brinda con
todo el cariño,
por tu mano, el niño,
que en tus brazos
tienes.
Ese niño que reposa
en calma,
despierto en el alma
en Borinquen sueña.
Y se alegra de que
hayas querido
por trono escogido,
tierra Borinqueña.
Puerto Rico, te tiende
su brazo,
solo en tu regazo,
descansar añora,
y te pide, que sigas
constante,
siendo en cada instante
su fiel protectora.
Grabado antiguo
(socios subscriptores
vean aquí
el grabado completo)
- ORACIÓN -
Oh Madre poderosísima de Dios
y Madre amorosísima
nuestra:
con todo el afecto
y fervor de nuestras
almas
te rogamos que nos
concedas,
no sólo a nosotros,
sino también
a todos nuestros
parientes
y amigos,
y a los habitantes
de toda la Isla,
la gracia de cifrar
en Ti
nuestra esperanza
y de agradarte con
una constante
y fervorosa devoción.
Dígnate conservar
y aumentar
el amor que te profesa
Puerto Rico,
y que echen cada
día
en nuestro suelo
raíces más profundas
la moral,
la piedad, la Religión
Católica.
Derrama tus luces
soberanas
sobre nuestros gobernantes,
para que, con acertadas
leyes
y disposiciones saludables,
promuevan nuestro
bien
temporal y eterno.
Haz que te seamos
fieles
hasta la muerte,
a fin de que,
después de haberte
amado,
venerado, invocado
a imitado
en la presente vida,
te amemos, veneremos,
ensalcemos
e imitemos en la
gloria,
por eternidad de
eternidades.
- Así sea.
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A DEVOCIÓN a la Virgen Madre de la Divina Providencia se remonta a la Italia del siglo XIII, pasando
poco después a España,
donde se creó un santuario
en Tarragona, Cataluña.
Se dice que el título de
"la Divina
Providencia", se debe a
San Felipe Benicio,
quinto superior de los
Siervos de María quien,
al no tener sus frailes
nada de comer, invocó
la protección de la Virgen
y poco después
que oyera toques a la puerta
del convento
encontró milagrosamente
junto a ella dos
canastas repletas de alimentos.
En 1851, el señor Obispo don Gil Esteve y
Tomás, natural de Cataluña,
introdujo en
Puerto Rico la devoción
a Nuestra Señora
de la Providencia que conociera
en sus años
de seminarista. El obispo
Esteve, que junto
al pueblo acababa de reconstruir
la nuestra
catedral capitalina de
San Juan, adquirió
la imagen en Barcelona,
le levantó un altar
de madera, cubierto de
oro laminado y estableció
su culto el día 2 de enero,
fecha que quedó
designada como su fiesta
anual.
La imagen original de la
Virgen María traida
por don Gil Esteve era
"de ropaje",
o sea, hecha para ser vestida.
Estuvo expuesta
al culto en la catedral
de San Juan Bautista
durante 67 años.
Los primeros lunes de cada mes se celebraba
una misa cantada en su
honor, y el trisagio
a la Virgen todos los domingos.
El culto
a la Virgen se fue extendiendo
por toda la
Isla y muchos devotos iban
a levantar una
plegaria frente a su altar.
En 1892 la Diputación Provincial
declaró
fiesta oficial el día 2
de enero, día que
se celebraba dicha festividad.
En el año 1913, el Obispado de Puerto Rico
impartió su consentimiento,
con motivo de
las celebraciones del cuarto
centenario de
la fundación de la diócesis,
para hacer acuñar
medallas que leían: "Nuestra
Señora
de la Providencia, Patrona
de Puerto Rico".
Siendo Obispo Monseñor
Willian A. Jones,
la antigua imagen de la
Virgen Madre de la
Divina Providencia fue
sustituida en 1920
por una nueva que reproduce
el antiguo óleo
venerado por los Siervos
de María y otras
congregaciones religiosas
italianas. La talla
ilustra una estampa de
la maternidad de María,
inclinada sobre su hijo
el niñito Jesús que
descansa muy confiado en
su regazo. Tiene
la joven madre las manos
en oración, a la
vez que sostiene tiernamente
la de su hijo
divino. Es una bella expresión
celestial
de total devoción, entrega,
serenidad y amor...
Mas el culto a Nuestra Señora de la Providencia
decayó eventualmente. Treinta años más tarde
Monseñor Mariano Vasallo quiso revivir la
brillantez que una vez había tenido el culto.
Formó con un grupo de señoras la Asociación
de Nuestra Señora de la Providencia.
Bajo la dirección del Padre Saturnino Junquera
se lanzó una campaña por toda la Isla para
revivir el culto a esta advocación. La imagen
peregrina recorrió todo Puerto Rico. Las
celebraciones culminaron el 19 de noviembre,
con la llegada de miles de peregrinos de
toda la Isla a la gran fiesta en la Catedral.
En 1969, el entonces Sr. Arzobispo de San
Juan y Excmo. Luis Cardenal Aponte Martínez, solicitó del Santo Padre Pablo VI que nombrara
a la Virgen de la Divina Providencia, Patrona
de Puerto Rico, solicitud que el Santo Padre
aceptó al año siguiente.
En la Bula 11, XI. 1969, el Santo Padre
Pablo VI constituyó
y declaró a Nuestra Señora
de la Divina Providencia
"patrona principal
de toda la Nación Puertorriqueña" (Patronam principalem totius Nationis Portoricensis...". |
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Papa Pablo VI |
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El decreto del Papa se indicaba que la fecha
de celebración debía trasladarse
del dos
de enero (aniversario de
la llegada de la
imagen a la Isla), al 19
de noviembre, uniendo
de este modo la veneración
mariana a la Virgen
de la Providencia con el
descubrimiento de Puerto Rico, acontecido un 19 de noviembre de 1493.
Con un permiso especial del Vaticano, el
día 5 de noviembre de 1976 el primer Cardenal
puertorriqueño coronaría la imagen de la
Virgen en el solar del estacionamiento del
Coliseo Roberto Clemente, como Patrona de
Puerto Rico. La noche anterior, una mano
criminal quemó la recién restaurada imagen
de la Madre de Dios en la iglesia parroquial Santa Teresita de Santurce [ver foto al final de la página].
Y así fue coronada, ante la emotiva presencia
de unos cien mil
devotos puertorriqueños,
muchos en lágrimas;
cardenales, arzobispos
y obispos de toda
Latinoamérica asistieron
al acto.
El Cardenal dijo entonces a los presentes: "El
fósforo que se utilizó para quemar a la imagen
incendió una llama en el corazón de todos
los puertorriqueños." Y añadió: "Gracias
a Dios, que es imposible quemar a la Virgen,
porque Ella se encuentra en el Cielo".
Desde su proclamación como "Patrona principal
de la Nación puertorriqueña", la devoción
a la Virgen de la Divina Providencia ha aumentado
grandemente, no solamente aquí, sino en los
Estados de la Unión Norteamericana donde
residen varios millones de puertorriqueños.
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Foto: detalle de la imagen de la Patrona
nacional de Puerto
Rico en la Catedral
de
San Juan, Puerto
Rico.
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Testigos de esta devoción son los neoyorquinos
que llevan la imagen de nuestra patrona en
una bella carroza en la Parada de Puerto
Rico por la Quinta Avenida. Además, la Arquidiócesis
de Nueva York, durante los últimos once años,
conmemora esta festividad con una gran Misa
en la Catedral de San Patricio, donde el
Cardenal y Arzobispo de Nueva York se une
al pueblo boricua de la Gran Urbe.
Desde 1985 se celebra
el Banquete de la Amistad
en Brooklyn en el
Centro de Fiestas Marina
del Rey, donde se
le otorga la Medalla conmemorativa
de Nuestra Señora
de la Divina Providencia
a una o más personalidades
que se hayan destacado
al servicio de la
comunidad. El primer recipiente
lo fue Su Eminencia
el Cardenal Aponte Martínez
y en 1995 se le otorgó
al Revdo. Francisco
Peluso, Provincial
de la Orden de Agustinos
Recoletos, al Diácono
Alejandro Lugo y a
ésta que escribe,
Haydée E. Reichard de Cancio,
por promover la fe
católica, especialmente
la devoción mariana,
a través de libros,
artículos y conferencias. |
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Foto a la derecha, por Luis R. Negrón Hernández:
imagen que fue quemada;
ahora restaurada.
En los Estados Unidos, esta devoción, como
ha dicho el Cardenal Luis Aponte Martínez, "se ha convertido
en un signo de identidad para el católico
puertorriqueño".
La festividad se celebra también en las ciudades
de Newark, Filadelfia, Tampa, Rochester,
Kenner, Trenton, Metairie y Nueva Orleáns,
en entre otras.
Además, Nuestra Patrona nacional cuenta con
altar en el Santuario Nacional de la Inmaculada
Concepción en Washington D.C. y pronto tendrá
su Santuario Basílica en nuestro pueblo.
Foto a la derecha por L. Negrón: celebración
eucarística en honor a la Patrona puertorriqueña
en la Catedral de Trenton, capital de Nueva
Jersey.
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