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Laura Meneses de Albizu Campos
por Dr. Fray Mario Rodríguez León, O.P.
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UANDO EL 7 DE JUNIO DE 1937 Albizu Campos y siete compañeros nacionalistas
fueron conducidos a prisión en Atlanta, Laura
Meneses emprendió una campaña internacional
a favor de su esposo y los nacionalistas
encarcelados.
En julio de 1938 viajó a Atlanta y se entrevistó
con Albizu Campos. En Nueva York gestionó
sin descanso la libertad de los nacionalistas.
En La Habana, el 8 de marzo de 1939, organizó
el "Comité Cubano Pro Libertad de los
Patriotas Puertorriqueños", y en dicho
año participó activamente en el segundo Congreso
de Mujeres celebrado en La Habana.
En 1943, Berta Arocena en la Revista Bohemia
de La Habana, publicó sobre Laura Meneses
lo siguiente:
Laura Meneses: Vedla y os sobrecogerá su
palidez dramática
y su indumentaria
que recuerda las camisas
negras de los
juramentados de la
causa. Trabaja de sol
a sol. Ha levantado
en La Habana y en
el pueblo yanqui una viril
y emocionada
protesta. Ella es
el alma del Comité que
labora por la
excarcelación de
Albizu Campos y los demás
compañeros
presos. Ella es una
denuncia aunque no hable
ni escriba
para el público persiguiendo
con ello opacar
sus méritos,
capaces de ganarle
un puesto de prominencia
ante el
feminismo de la América
nuestra. |
D urante los diez años que Pedro Albizu Campos
estuvo preso en Estados
Unidos, su esposa
no tuvo un día de descanso
trabajando a nivel
internacional por la excarcelación
de Albizu
Campos y los demás presos
nacionalistas.
Mujer de grandes sacrificios,
templó su egregio
espíritu de lucha en el
trabajo, la disciplina
y el honor. Desde México,
en carta enviada
el 7 de noviembre de 1955,
le escribía a
su cuñada Ana María Campos:
El sacrificio es evidencia dolorosa, como
valor coordinados
permanentes y de
continuidad en las leyes
eternas tiene un
significado terrible:
hiere igualmente al
que sufre cuya
resistencia no tiene
dimensiones y a los
que nos identificamos
con el sufrimiento
en su dramaticidad singular.
Esto hace
nuestra posición
más dolorosa porque nos
impone la
ineficacia de nuestra
voluntad actualmente
cuando todas
nuestras facultades
conscientes tienden a
la acción, es decir,
a la superación del
dolor. |
Mujer nacida para la lucha creadora, acrisola su carácter y personalidad en
el cultivo asiduo de las
virtudes morales.
Enemiga de la frivolidad
y lo superfluo,
orientó su vida con hidalguía,
heroísmo y
fuerza de voluntad. La
verticalidad, la entrega
sin límites y su gran amor
por las causas
nobles y justas fueron
virtudes supremas
que rigieron su existencia.
Revolucionaria
de acción y contemplación,
nutrió su pensamiento
con lo mejor de la literatura
universal y
el conocimiento personal
de grandes personalidades
de la historia contemporánea.
Sus escritos,
sobre Alfonso Reyes y Rómulo
Gallegos, entre
otros, evidencian lo antes
señalado.
En su correspondencia epistolar se revela
su fina y aguda sensibilidad
de mujer, de
madre y esposa abnegada.
En sus cartas aflora
la fibra más íntima de
sus sentimientos,
fruto de su inagotable
amor. En una carta
desde México en el año
1957, escrita a su
hija Laura Esperanza, le
expresa y comunica
palabras conmovedoras sobre
su padre enfermo:
"El caso de tu padre es
un caso extraordinario:
un hombre joven, lleno
de vida, dotado de
las facultades y virtudes
que pueden hacerlo
feliz y elevarlo muy por
lo alto de la mediocridad,
y que al ver la explotación
y el crimen de
que es víctima su pueblo,
se rebela contra
la injusticia, sacrifica
su bienestar, su
genio, frustra sus perspectivas
que no sean
el bien de los suyos, sacrifica
su libertad
y por último permite que
lo asesinen por
dejarle a su pueblo un
arma para que se defienda,
ése es tu padre".
El 15 de diciembre de 1947, el Dr. Albizu Campos regresó a Puerto Rico
después de diez años de
prisión en Estados
Unidos. Laura Meneses permanece
en Perú con
sus hijos. Desde el año
1943 había comenzado
sus trámites de regreso
a la patria de su
esposo y su tierra de adopción,
pero las
autoridades migratorias
de Estados Unidos
no le permitieron entrada
a Puerto Rico.
Después de mil trabas y
obstáculos, junto
con su hija Rosa Emilia
pudo entrar en Puerto
Rico. La familia Albizu-Meneses
es perseguida,
acosada y vigilada constantemente
por la
policía y el FBI. Laura
Meneses y su familia
vivieron en carne propia
la brutal represión
política del macartismo
imperante en los
Estados Unidos. En uno
de los escritos de
la presente obra, la Dra.
Meneses relata
la injusticia y persecusión
política a la
que fue sometida:
Cuando solicité visa en Lima, Perú, para
ir a Puerto Rico
a reunirme con mi
esposo, me dijeron que
yo había perdido
la ciudadanía porque
había residido en mi
país de origen,
Perú, más de dos
años y por este tecnicismo,
que lo aplican
cuando quieren y
cuando no, lo ignoran y
lo salvan, me
convirtió el imperio
en apátrida y tuve que
viajar a Puerto Rico
con un salvoconducto
que me extendió la Embajada
yanqui
en Lima. Esta vez
ni siquiera adujeron un
tecnicismo concreto.
Es así como no pude
reunirme con mi esposo
cuando estaba
en estado de coma,
como no pude regresar
a la tierra de mis
hijos, a la tierra
en que he pasado la mayor
parte de mi vida.
Eso es la mascarada
colonial llamada "Estado
Libre Asociado". |
En mayo de 1950, Laura Meneses viajó a La Habana con una
misión especial enviada
por Pedro Albizu
Campos para denunciar a
nivel Internacional
la brutal represión del
gobierno de los Estados
Unidos contra el Presidente
del Partido Nacionalista
y contra destacados líderes
políticos de
dicha colectividad. Laura
Meneses denunció
el plan que existía para
asesinar a su esposo.
El 30 de octubre de 1950 se llevó a cabo la
Revolución Nacionalista.
En Jayuya, Blanca
Canales, desplegó la bandera
nacional y proclamó
la República de Puerto
Rico y más de 5,000
nacionalistas fueron conducidos
a prisión.
En La Habana, ante lo acontecido
en Puerto
Rico, los estudiantes llevaron
a cabo un
acto masivo en las escalinatas
de la Universidad
en solidaridad con Puerto
Rico y su lucha
por la independencia.
Laura Meneses, quien residía en el Hotel San Luis, cerca
del Parque Maceo en La
Habana, junto con
Juan Juarbe Juarbe y otros
destacados nacionalistas
puertorriqueños, vivieron
momentos de gran
efervescencia política
en Cuba. Después del
golpe militar de Fulgencio
Batista el 10
de marzo de 1952, se comenzó
una campaña
de presión política a instancias
de los Estados
Unidos para expulsar de
Cuba a Laura Meneses
de Albizu Campos. Fue perseguida
por la guardia
de Batista y por el SIM
(Servicio de Inteligencia
Militar). En cierta ocasión
los esbirros
de la dictadura le preguntaron
si ella respaldaba
la lucha política de su
esposo y contestó
afirmativamente. En 1954,
acosada por la
persecusión y ante la inseguridad
imperante
en Cuba, se trasladó a
México. Al poco tiempo
viajaron también al país
azteca Juan Juarbe
Juarbe, Reynaldo Trilla
Martínez y otros
nacionalistas puertorriqueños.
Rosa Emilia
Albizu Meneses se encontraba
en México junto
a su madre. El apartamento
de Laura Meneses,
en la calle Regina, se
convirtió en un centro
de reuniones de revolucionarios
y destacados
líderes políticos de América
Latina y el
Caribe.
Cristina Meneses Albizu Campos, en la entrevista
a Eva Jiménez Ruiz, destacada
revolucionaria
cubana y miembro del Movimiento
26 de julio,
aporta datos inéditos sobre
la singular ayuda
que siempre brindó Laura
Meneses al Movimiento
Cubano del 26 de julio.
El Che Guevara visitaba
todas las semanas el apartamento
de Laura
Meneses en Ciudad de México.
Juan Juarbe
Juarbe quien conoció al
Che en la residencia
de Laura Meneses, señala:
Él estaba plenamente de acuerdo con nuestra
lucha política
y por nuestra independencia
nacional. Recuerdo
una vez que
estuve presente en
una conversación del Che
con doña Laura
que duró seis horas.
Él siempre estaba con
nosotros mucho
tiempo. [...] Un
día doña Laura y yo fuimos
a visitar al Che
quien
vivía con su segunda
esposa, Aleida March,
en la conversación
dijo: Mira esta gente, señalando para doña Laura
y para mi,
fueron los que me
quitaban el hambre en México. |
La entrevista a la muerte del Che, llevada a cabo por Alfredo Reyes Trejo
y publicada en la revista
Verde Olivo de
La Habana, evidencia la
estrecha relación
entre el Che y Laura Meneses.
Amistad profunda,
sellada por el afecto y
el origen común que
les unía, como bien queda
manifestado cuando
el revolucionario argentino,
en la dedicatoria
de su libro Guerra de Guerrillas,
expresa
lo siguiente: "Tomo
testimonio permanente
de un afecto que vive en
lo más hondo de
nuestro común origen americano
y nuestro
común destino de libertad".
Todo el material revolucionario que publicaba
el Movimiento 26 de Julio
era revisado cuidadosamente
por Laura Meneses y Juan
Juarbe y Juarbe.
Al respecto señala Eva Jiménez en la entrevista con Cristina Meneses Albizu
Campos:
Sí, todos los trabajos que salieron a la
prensa de México
los
hicieron doña Laura
y Juarbe... Me acuerdo
que Fidel me dijo:
'Doña Laura y Juarbe
son los más inteligentes
que tengo yo
aquí, diles que revisen
todo lo que vaya
para el periódico',
y
efectivamente, ellos
nunca nos abandonaron.
Hubo pánico en
México, pero ellos
no tuvieron miedo, se
quedaron allí y me
ayudaron. |
Cuando el triunfo de la Revolución Cubana Laura Meneses y Juan Juarbe y Juarbe regresaron
a La Habana. En 1959 Laura
Meneses participó
en Santiago de Chile como
miembro de la delegación
cubana en el Primer Congreso
Latinoamericano
de Mujeres. De acuerdo
con la prensa chilena
asistente a ese Congreso
de Mujeres, Laura
Meneses de Albizu Campos
fue la delegada
más aplaudida. En 1960
fue invitada por la
presidencia de la Federación
Internacional
de Mujeres y viajó a Dinamarca,
Inglaterra,
Francia, España y China.
En las cartas y escritos llama la atención
la madurez política de
la Dra. Meneses y
su estrecha vinculación
con destacados intelectuales
y líderes políticos de
América Latina. Será
esta experiencia y el desarrollo
ideológico
de su conciencia política
la que ejercerá
extraordinariamente en
las Naciones Unidas
cuando en 1961 fue nombrada
para ocupar el
cargo de Secretaria de
Primera Clase del
servicio exterior de la
República, adscrito
a la Misión Permanente
de Cuba ante la organización
de las Naciones Unidas.
Ella tenía a cargo
la Cuarta Comisión Política.
El 16 de abril de 1965, después de múltiples contratiempos y obstáculos
para que pudiera viajar
a Puerto Rico, ante
la gravedad de su esposo,
logró su propósito
gracias a un permiso especial
de 30 días
que la Misión Cubana ante
las Naciones Unidas
gestionó a través del servicio
diplomático.
El 21 de abril, ante el
féretro de su esposo,
vestida de negro y en actitud
enhiesta y
combativa, expresó:
Albizu Campos vivió para su pueblo y por
el murió en el sacrificio
impuesto por el enemigo
de la libertad y
la independencia
de su
patria. Las vidas
consagradas a una causa
como la que él sirvió
trascienden la muerte.
Su ejemplo ilumina
el porvenir y su
recuerdo
crece hasta culminar
en estatura insuperable.
Puerto Rico llegará
a la meta por él
señalada y el reconocimiento
de su pueblo será
el pedestal de su
gloria. |
El trabajo de recopilación de los escritos de y sobre Laura Meneses
de Albizu Campos, ["Una
vida de amor
y sacrificio"] obra
meritoria llevada
a cabo por su nieta Cristina
Meneses Albizu
Campos y Silvia Lora Gamarra,
es un aporte
de primer orden para el
conocimiento no sólo
de la vida y obra de esta
ejemplar mujer,
sino que a través de su
lectura comprendemos
mucho mejor la biografía
de una época de
lucha, valor y sacrificio.
La entrevista
realizada a Doña Laura
por el periodista
Julián Montes de Oca y
publicada en El Nacional
de Caracas, arroja valiosa
información que
los esbirros de Albizu
Campos quisieron negar
y distorsionar. La entrevista
de Silvia Lora
a Laura Albizu, la hija
menor de Pedro Albizu
Campos, nos permite conocer
el mundo íntimo
y cotidiano de Laura Meneses
como esposa
y madre ejemplar. Laura
Esperanza, con gran
ternura y humanismo evoca
su niñez junto
a sus padres y hermanos.
Doña Laura Meneses de Albizu Campos, mujer
de elevado temple moral,
vivió muchos años.
Murió en el Hospital Militar
Central de La
Habana el 15 de abril de
1973, como consecuencia
de la rotura de un aneurisma
cerebral congénito.
Sus restos mortales reposan
en el cementerio
Colón de La Habana. Con
su muerte la Revolución
Cubana perdió a uno de
sus más sólidos baluartes
y Puerto Rico a la gran
mujer que se vació
de si misma para darse
por completo a la
causa libertadora de Puerto
Rico. Mujer excepcional,
de pieza única, fue incompredida
por los
hombres y mujeres de pequeña
estatura moral
e intelectual.
Con la muerte de Albizu Campos no terminó la persecución contra esta valiente
mujer acrisolada en la
lucha, el dolor, el
valor, el amor y la esperanza.
En una de
las cartas que escribió
a su hija Laura Esperanza
abrió su ígneo y tierno
corazón para proclamar
la verdad a los cuatro
vientos:
He vivido tanto que sé de todas las ingratitudes,
de todas las
cobardías y de todas
las miserias. No me
asombra eso; lo que
me pasma, lo que
me anonada es la magnitud
de la perversidad
que ahonda tanto
en el hombre que no le deja
lugar para la
consideración de
la muerte, ni para la contemplación
de la
Eternidad. |
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