CARTA DE CRISTÓBAL COLÓN
A LOS REYES CATÓLICOS DE
ESPAÑA
describiendo las tierras exploradas para
la Corona
Fragmento
PReb-examen: DESCUBRIMIENTO DE PUERTO RICO
A ESPAÑOLA ES MARAVILLA; [Española: lo que hoy es Santo Domingo y
Haití] "las sierras y las montañas,
y las vegas y las campiñas, y las tierras
tan hermosas y gruesas para plantar y sembrar,
para criar ganados de todas suertes, para
edificios de villas y lugares. Los puertos
de la mar, aquí no habría creencia sin vista,
y de los ríos muchos y grandes y buenas aguas;
los más de los cuales traen oro. En los árboles
y frutos y yerbas hay grandes diferencias
de aquéllas de la Juana [Cuba] en ésta hay muchas especies, y grandes minas
de oro y de otros metales.
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La gente de esta Isla y de todas las otras que he hallado y tenido noticia, andan todos
desnudos, hombres y mujeres, así como sus
madres los paren, aunque algunas mujeres
se cubrían un solo lugar con una hoja de
yerba o una cosa de algodón que para ello
hacen. Ellos no tienen hierro ni acero ni
armas ni son para ello; no porque no sean
gente bien dispuesta y de hermosa estatura,
salvo que son muy temerosos a maravilla...
ellos son tanto sin engaño y tan liberales
de lo que tienen, que no lo creería sino
el que lo viese. Ellos de cosa que tengan, pidiéndosela, jamás
dicen que no, antes,
convidan la persona
con ello y muestran
tanto amor que darían
los corazones, y
cualquier cosa de valor,
cualquiera de poco
precio, luego por cualquiera
cosita de cualquiera
manera que sea que se
les dé, por ello
son contentos. |
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Relación acerca de las Antiguedades de los
Indios:
El primer Tratado escrito
en America
Fray Ramón Pané
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Yo defendí que no se les
diesen cosas tan
viles como pedazos de escudillas rotas y pedazos
de vidrio roto y cabos
de agujetas; aunque
cuando ellos esto podían
llevar les parecía
tener la mejor joya del mundo; que se acertó tener
un marinero, por una agujeta,
de oro peso
de dos castellanos y medio;
y otros, de otras
cosas, que muy menos valían,
mucho más. Ya
por blancas nuevas daban
por ellas todo cuanto
tenían, aunque fuesen dos
ni tres castellanos
de oro, o una arroba o
dos de algodón hilado.
Hasta los pedazos de los
arcos rotos de las
pipas tomaban, y daban
lo que tenían como
bestias; así que me pareció
mal, y yo lo
defendí. Y daba yo graciosas
mil cosas buenas
que yo llevaba porque tomen
amor; y después
de esto se harán cristianos,
que se inclinan
al amor y servicio de sus
altezas y de toda
la nación castellana; y
procuran juntar y
darnos las cosas que tienen
en abundancia
que nos son necesarias...
Y esto no procede
porque sean ignorantes,
salvo que muy sutil
ingenio, y hombres que
navegan todos aquellos
mares, que es maravilla
la buena cuenta que
ellos dan de todo, salvo,
porque nunca vieron
gente vestida, ni semejantes
navíos.
Ellos tienen en todas las islas muchas canoas, a manera de fustas de remo: de ellas mayores, de ellas menores, y algunas y muchas
son mayores que una fusta
de dieciocho bancos:
no son tan anchas, porque
son de un solo
madero... y con estas navegan
todas aquellas
islas, que son innumerables
y traen sus mercaderías.
Algunas de estas canoas
he visto con setenta
y ochenta hombres en ella,
y cada uno con
su remo. En todas éstas
islas no vi mucha
diversidad de la hechura
de la gente, ni
en las costumbres, ni en
la lengua, salvo
que todos se entienden,
que es cosa muy singular;
para lo que espero qué
determinarán sus altezas
para la conversión de ellos
de nuestra santa
fe, a la cual son muy dispuestos.
En conclusión... que pueden ver sus altezas que yo les
daré oro cuanto hubieren
menester, con muy
poquita ayuda que sus altezas
me darán: ahora
especias y algodón cuanto
sus altezas mandaren
cargar... y esclavos cuantos
mandaren cargar
y serán de los idólatras...
Así que pues nuestro Redentor dio esta victoria a nuestros llustrísimos
rey y reina y a sus
reinos famosos de tan
alta cosa, adonde
toda la cristiandad debe
tomar alegría y hacer
grandes fiestas, y
dar gracias solemnes
a la Santa Trinidad,
con muchas oraciones
por el tanto ensalzamiento
que habrán, en tornándose
nuestros pueblos
a nuestra Santa Fe,
y después por los bienes
temporales que no
solamente a España, más
a todos los cristianos
tendrán aquí refrigerio
y ganancia. |
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Reyes Magos
con Jesús en los brazos
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Fuente: La carta de Colón anunciando el descubrimiento
del Nuevo Mundo 15 de febrero
- 14 de marzo
de 1493. Reproducción del texto original español
impreso en Barcelona (Pedro
Poza, 1493).
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