La tragedia demográfica de los taínos
"Se ha demostrado que el 60% tiene ascendencia
indígena, pero tampoco
quiere decir que es
de origen taíno exclusivamente”.
- Febrero 2007: Juan José Ortiz Aguilú, arqueólogo
y antropólogo
por Luis R. Negrón Hernández, jr.
The Demographic Tragedy of the Taino Indians
in Puerto Rico
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* Música de fondo: décima puertorriqueña
por Plácido Figueroa, Naguabo,
1909-1970
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Ilustración antigua:
indios falleciendo contaminados con enfermedades
importadas
por los europeos.
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COMIENZOS DEL SIGLO 16, los colonos en Puerto Rico sin importarle
la tragedia demográfica que otros causaron
en Santo Domingo en desgracia de los indios, cometieron los
mismos abusos y obtuvieron
iguales trágicos
resultados en la Isla.
Nuestros indios taínos comenzaron a fallecer en número alarmante
víctimas del maltrato en
las minas y las
enfermedades importadas
de Europa, de las
que carecían de resistencia
inmunológica.
A falta de mano de obra, los colonos obtuvieron el visto bueno de
los frailes jerónimos y los dominicos para sustituir a los indígenas con esclavos africanos. Más tarde, arrepentido de haber dado también
el endoso, Fray Bartolomé de Las Casas se lamentaba:
no advirtiendo la injusticia con que los
portugueses los toman
y hacen esclavos;
el cual, después
de que cayó [en cuenta]
en ello, no lo diera
por cuanto había
en el mundo, porque
siempre los tuvo
por injusta y tiránicamente
hechos esclavos
porque la misma razón
es dellos que
de los indios... |
Estos documentos no expresan que todos fueron
exterminados. De hecho,
otros documentos
eclesiásticos indican de
matrimonios de indias
con españoles. Es una realidad
histórica
que, contrario a otros
europeos (ingleses, franceses, holandeses) los españoles se
entrelazaron racialmente
con los "indios".
Los hijos de estos se consideran
mestizos,
no españoles ni taínos
o indios "puros".
Sólo hay que ver las razas
desde México hacia Sur América, donde en varias de ellas
no sólo prevalece, sino
que predomina la
raza indígena contrario
a la experiencia
de los indios con los ingleses
y los norteamericanos
en los Estados Unidos.
En Puerto Rico, aún contra la anuencia del
gobierno, frecuentaba el intercambio racial. Por
ejemplo, cuando Sabana Grande se separa de San Germán y es fundado, el núcleo blanco y económicamente
acomodado que componía
el Cabildo vio con
malos ojos el proceso étnico
que se producía
en gran escala en su región,
y hasta cuestionó
los derechos de aquellos
ciudadanos españoles
por casarse con mujeres
pardas. El 4 de noviembre
de 1822, el alcalde don
Francisco Antonio
Nazario se quejó al Gobernador
de Puerto
Rico:
...se observa que tanto en las Juntas parroquiales
como
electorales se introducen
personas que siendo
por si blancos
de calidad están
casados con mugeres
notoriamente
pardas,
se declarase por
el Supremo Govierno
si estas
tales personas
que han desmerecido
por su mal casamiento
son propiamente
ciudadanos en el
Gose de sus derechos...
* Citado en el libro Sabana Grande: Notas para su historia,
de Luis R. Negrón Hernández.
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El Gobernador no contestó la carta del alcalde
Nazario.
Hay que señalar al respecto una confusión
entre algunos boricuas nacidos en los Estados Unidos que adoptan el concepto racial y cultural
norteamericano de "si tienes
una gota
de sangre india, eres indio".
A través
de los siglos, el pueblo
puertorriqueño ha
continuado marcadamente
el intercambio entre
parejas de diversas razas.
No se ha de omitir
que hasta inmigrantes de
la raza china fueron
admitidos en la Isla para
trabajos de construcción
de la carretera militar
así como, no sólo
la presencia de inmigrantes
de una larga
lista de naciones y regiones
del globo, sino
el mestizaje que se dio
con el criollo y
la criolla. Unos tipos
raciales son más marcados
que otros, según la zona
de la isla que visites.
Dando charlas en barrios
tierra adentro en
pueblos del centro de la
Isla, muy corrientemente
encuentro estudiantes de
pelo castaño claro,
y casi rubio (natural)
y ojos azules o verdes.
Recientemente me sorprendí
al conocer en
un barrio de Barranquitas a una adolescente de tez, ojos y facciones
similares a las nórdicas. En las costas y
en las que fueron zonas azucareras abunda
el tipo negro y mulato, mientras que en el
Oeste no sólo se ve el tipo de antepasado
europeo sino sobresale el "pardo",
el de piel bronceada" y ojos oblicuos,
achinados.
[Foto: mujeres indígenas de la selva amazónica
danzando].
Hemos encontrado documentos que hacen mención
de "indios" en libros parroquiales
de la vasta región de San
Germán (que no
solamente incluye el pueblo)
a finales del
siglo 18 y principios del
19. Estos, no obstante,
no detallan si fueron los
indígenas importados
de Centroamérica para labores
agrícolas,
como sugieren algunos historiadores,
o los
que fueron introducidos
de otras islas del
Caribe durante la colonización.
Luego de
algunos años, estos "indios"
no
vuelven a ser mencionados
en los registros
de San Germán, sin explicación
alguna. Tampoco
sabemos qué factores llevó
al párroco, presbítero
o funcionario a identificarlos
como "indios"
en su descripción racial.
Es típico en el
hablar puertorriqueño,
describir a los de
tez bronceada como "de
color indio"
o "trigueños". Los españoles
en
los siglos 17 al 19 usaban
comúnmente el
término "pardo" (de piel obscura, intermedio entre
blanco y negro).
Una nueva aportación al tema, son los estudios
que conduce con los cromosomas "Y" el doctor en biología Juan Martínez Cruzado,
del recinto universitario de Mayagüez. El especialista en genética comenzó a investigar,
con una beca de $270 mil
de la Fundación
Nacional de Ciencias de
Estados Unidos, la
presencia genética "indígena"
en
el puertorriqueño. El profesor
Martínez ha
estado examinando el ácido
desoxirribonucleico
(ADN) de las mitocondrias
(mtADN), que se
heredan solamente por vía
materna.
Sus más recientes resultados, catalogados
como "preliminares", han revelado
que el 62% de los puertorriqueños tiene herencia
indígena por vía materna, el 27% africana
y el 11% caucásica (blanco). Estos hallazgos,
aún con un ejemplo pequeño de la población,
tendrán que ser comparados con los estudios
de antropólogos, historiadores y otros especialistas
en la rama, y podrían conducir una posible
revisión de nuestra historia. Dichos estudios
confirmarían que los españoles no exterminaron
a los indígenas en la manera que se les criticaba
y que el mestizaje entre iberos y nativos
fue mayor del que se creía. Y de ellos, con
la presencia africana, fue eventualmente
surgiendo el puertorriqueño moderno.
El estudio del profesor Martínez tendría que distinguir entre el "indígena"
en general y el "taíno" en particular que habitaba en Borinquen
al tiempo de la colonización
española en
el siglo 16. No todos los
indígenas del área
de las Antillas Mayores
y Menores eran "taínos"
o tenían una cultura, creencias
e idioma
uniforme, según narran
los documentos de
la época. "Aquí estamos
mirando un solo
lado de la historia y hay
que mirar el cromosoma
y que se hereda por el
padre", aclaró
también el biólogo.
En febrero del 2007, el referido genetista
especializado en evolución molecular y el
arqueólogo y antropólogo Juan José Ortiz
Aguilú coincidieron -en expresiones dadas
a la Prensa del país- que los puertorriqueños
“no somos indios, no somos negros, ni somos
blancos europeos... somos boricuas con una
multiplicidad de características biológicas.
Se ha demostrado que el 60% tiene ascendencia
indígena, pero tampoco quiere decir que es
de origen taíno exclusivamente”. Ambos expresaron
la necesidad que en los nuevos textos de
historia y en las escuelas de Puerto Rico
se incluyan o mencionen los nuevos descubrimientos.
A noviembre del 2011, con una subvención de
la Fundación Nacional de Ciencias, tanto Martínez y el Dr. Tarás Oleksyk,
continuaban estudiando la diversidad genética
de los puertorriqueños. Cuarentidós estudiantes
han estado visitando 78 municipios de la
Isla recogiendo muestras de enjuague bucal
para obtener ADN. El fin es generar mapas
que describan la distribución geográfica
de distintas variantes genéticas de importancia.
Los resultados científicos obtenidos al presente
pueden ser vistos en el portal https://genomes.uprm.edu.
No me sorprendería que estudios similares
del ácido ribonucleico
se realicen en Santo
Domingo, y que éstos arrojen revelen también
la presencia de sangre
indígena, aunque con
una marcada presencia africana
dada la invasión
y presencia haitiana de
Santo Domingo en
el pasado. Otra nación
a estudiar sería la
cubana. Recuerdo las fotos
que me enseñara
el erudito misionero jesuita
Antonio Santa
Ana [que descanse en paz]
que aparecen en
su libro Misión Fronteriza. En la obra, se ilustran campesinos de tierra
adentro de Santo Domingo
(la República Dominicana)
de principios del siglo
pasado, distinguiéndose
los de tipo "español",
"negro"
y un tercero muy similar
a los indígenas
de la región descritos
por los colonizadores
del siglo 16. En décadas
recientes, visitando
personalmente dicha "región
fronteriza"
(en la frontera de Santo
Domingo con Haití)
encontré dichas distinciones
fisiológicas
menos pronunciadas, resaltando
ahora la del
negro y el mulato, éstos
aún viviendo en
bohíos y consumiendo casabe.
Conversando años atrás con el Dr. Ricardo
Alegría, me indicaba cómo siempre le pareció significante
el gran número de nombres taínos en pueblos
y barrios de la Isla. Entre otros temas al
respecto, hablamos sobre los dientes de pala pronunciados que se notan en algunos puertorriqueños
y que son compatibles con
los cráneo-faciales
indígenas, y los rasgos
físicos de muchos
de los habitantes del área
de Sabana Grande
y pueblos vecinos.
[Ver detalle de los dientes de pala muy pronunciados,
comunes en la zona montañosa suroeste de
la Isla].
Las instituciones culturales de Puerto Rico,
inclusive las del Gobierno
del Estado Libre
Asociado, nunca han desmentido la herencia de las tres
razas blanca, negra e indígena
que en una
u otra forma han aportado
a la cultura y
físico del puertorriqueño,
como claramente
lo ha ilustrado el sello
del Instituto de
Cultura Puertorriqueña
(I.C.P.R.), que si
mal no recuerdo diseñó
el artista Lorenzo
Homar, con quien tuve el
gusto de trabajar
un verano en el antiguo
taller de Artes Plásticas
que se encontraba en el
edificio posterior
del Archivo General de Puerto Rico. [Ver detalle del escudo del I.C.P.R.]
A la vez que recibamos nuevos resultados
de investigadores históricos,
antropólogos,
arqueólogos y biólogos,
iremos actualizando
estos apuntes. Si usted
realiza o tiene escritos
al respecto basados en
investigaciones científicas
e históricas, escríbanos
a: visitantes@PReb.com.
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