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La circulación monetaria mexicana
en Puerto Rico: 1876 -
1895
B. Agricultura y comercio en la historia
de Puerto Rico: siglo XIX
Por Dr. Carlos R. Casanova
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esde principios de la década de 1980 las monografías publicadas evidencian interés
por los temas agrarios
y el comercio. Estos
estudios toman como punto
de partida de la
investigación los municipios
que se destacaron
por la relevancia de productos
como el azúcar
y café para la exportación.
También se ha analizado
el papel económico
de la inmigración de diversos
grupos étnicos
peninsulares. Así pues,
Francisco Scarano,
Laird Bergard, Astrid Cubano,
Fernando Picó,
Andrés Ramos Mattei, Carlos
Buitrago Ángel
Quintero, y otros investigadores
se dieron
a la tarea de escudriñar
sobre esos aspectos
de la historia económica
de la Isla. En casi
todos los trabajos antes
citados se ha examinado
la ejecutoria de las élites
de la colonia
en los Ayuntamientos, y
se examinó los efectos
de sus actuaciones sobre
gente que por regla
general no figuran en la
historia.
Se ha estudiado las diversas características
de explotación de la tierra, el comercio,
el crédito, las relaciones sociales y la
angustia de esclavos que intentaban revelarse
sin poder lograrlo. Estas monografías incursionaron
en los temas políticos examinando factores
económicos para comprender incluso desde
otra óptica razones adicionales para estudiar
el Grito de Lares. |
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Una lectura detenida sobre estos trabajos
evidencia, que algunos de estos historiadores,
tomaron como modelo los trabajos sobre historia
agraria de América Latina. En otros, la influencia
de la Escuela de los Anales es palpable y
en otros el materialismo histórico. Pero
en cualquier caso todos tuvieron la imaginación
necesaria para preguntarse si era posible
alguna otra interpretación del pasado.
Sus publicaciones no pretenden ser textos
acabados, por el contrario
se exponen para
abrir surcos a la investigación
y les llama
la atención el papel de
los lazos de parentesco
entre hacendados, la asociación
mercantil
entre estos, los comerciantes
y la burocracia
metropolitana local en
el desenvolvimiento
económico. Explican cómo
en la Isla no se
produjo la exclusividad
de compraventa de
los productos metropolitanos.
Y cómo el comercio
insular se abrió paso al
mercado internacional
y con ello se cambiaba
el modelo colonial
que había imperado hasta
finales del siglo
XVIII. Estos estudios demuestran
el dominio
que el comercio imprimió
sobre la agricultura
en la sociedad colonial.
Pero llama la atención
la ausencia de trabajos
comparativos con
Cuba, más aún si se considera
que los productores
cafetaleros tenían en Cuba
un comprador muy
importante. Y que además,
hubo en entre los
separatistas del XIX cierta
afinidad con
los insurgentes de esa
Antilla.
Se describe la hacienda
como una empresa
vinculada a un mercado
capitalista, sin que
esto quiera decir que los
hacendados fueran
capitalistas. Se muestra
a las haciendas
decimonónicas de Puerto
Rico junto a las
instituciones políticas,
formar una útil
infraestructura, necesaria
para responder
a las demandas de una clase
dirigente insular
que se asocia al mercado
internacional.
En todos esos trabajos monográficos aparece
siempre alguna referencia
sobre el problema
de la circulación monetaria.
Esto me obligó
a pensar en la importancia
del sistema monetario
como punto de partida para
re-evaluar esta
etapa de la historia de
Puerto Rico. Desde
esta óptica no basta con
limitarse al espacio
del municipio y en él:
la mano de obra esclava
o jornalera, la producción
de exportación,
el comercio y sus relaciones
con los productores.
Todo lo anterior quedaba
entrelazado por
el análisis del patrón
monetario y me obligaba
a un examen no sólo regional
sino a un examen
del mercado internacional
y la manera en
que la élite colonial se
vinculaba con él.
Un examen que incluso puede
llevarnos a meditar
sobre el modelo colonial
de la Isla para
esas fechas. Y preguntarnos
cuánto pudo influir
el problema de la circulación
monetaria del
peso mexicano en la visión
política que se
gestó entre autonomistas
e incondicionales
para los últimos 30 años
del siglo XIX. Pero
ese sería un trabajo futuro.
Puerto Rico, en tanto colonia
de España estaba
subordinada a la política
económica y monetaria
de la Metrópoli, al menos
en lo que respecta
a este plano de la realidad.
¿Pero ocurrió
así en la realidad? La
autoridad económica
y monetaria que podía representar
al Estado
en esta materia sólo podía
ser el Banco de
España, institución que
ejecutaba la organización
financiera del Estado y
fijaba las pautas
de la circulación, como
Banco Central. Entiéndase
el prestamista de todos
los bancos. Pero
esas decisiones de política
económica no
llegaban a Puerto Rico
de la misma manera
en que se implantaban en
la Península. No
había bancos en la Isla,
el primero se fundó
en 1888.
Hasta 1888, el comerciante actuaba como prestamista
y prestamista hipotecario, banquero y agiotista
que especulaba con las diferencias de los
cambios y los precios en el mercado internacional.
Y estas actividades desencadenaron en la
Isla una caldera de pasiones en las discusiones
sobre la crisis económica de las últimas
décadas de la dominación española. Los reclamos
de todos los sectores económicos se fundían
y confundían en debates en torno a las disposiciones
del Ministerio de Ultramar sobre este asunto.
Hubo reclamos de que se implantara una política
monetaria además de un canje. Y durante años
se emitieron Decretos, leyes o Reales Órdenes
en torno a la circulación monetaria de la
Isla. Pero, no hubo tal política, el mercado
trazaba su curso y los comerciantes y hacendados
intentaban seguirlo al margen de España.
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monetaria del peso mexicano
entre 1874 y
1895
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