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Biografía de Lola Rodríguez de Tió


CARTA DE RAMÓN EMETERIO BETANCES
AL ESCRITOR CUBANO MANUEL SANGUILY
EL 11 DE AGOSTO DE 1881


Infandum... iubes renovare dolorem

Un terrible dolor me obligas a recordar - Virgilio, Eneida, II, 3
Betances por Lorenzo Homar

(c) CopyRight - Prohibido copiar, reproducir


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Por Luis R. Negrón Hernández

En junio de 1891, el escritor y ex coronel cubano Manuel Sanguily, en su empeño de escribir un libro sobre la historia de la revolución cubana, acude mediante misiva a Ramón Emeterio Betances como fuente primaria y testigo del periodo revolucionario antillano anticolonialista contra España. Sanguily le interesa saber en particular si hubo una acción subversiva concertada entre el Grito de Lares del 23 de septiembre de 1868 en Puerto Rico y la de pocas semanas siguientes en Yara, Cuba, el 10 de octubre.

Betances, exiliado esta vez en Francia, le responde a su "compatriota" en la lucha revolucionaria de las dos islas hermanas antillanas con esta muy poco conocida carta desde su despacho médico parisino, un 11 de agosto de 1891. Su epístola se prende de honor con los nombres de sus inolvidables grandes amigos Segundo Ruiz Belvis, Juan Manuel Macías, Domingo Agripino de Goicuria y José Francisco Basora.

Habían transcurrido 23 años de la gesta lareña y Betances transporta en su carta al cubano Sanguily -con un terrible dolor por hacerle recordar- a los destierros sufridos, sus entrañables queridos compatriotas y amigos que ya partieron a la eternidad, las añoradas reuniones en Nueva York de las Juntas prendidas de espíritu revolucionario, los planes, entusiasmos y relatos honestos de errores cometidos como conspiradores "impacientes" -como lo fue el de no considerar fundar una colonia estratégica militar en Samaná-, la ausencia de un acuerdo entre los levantamientos cubano-puertorriqueño y la desgraciada indiscreción que precipitó el movimiento lareño por el cual fue aplastado por las fuerzas represivas españolas.

Betances, -ya anciano de 64 años- al final de su carta a Sanguily le revela aún su compromiso revolucionario imbatible e incansable de clavar la revolución en el mismo corazón de la república española, mediante Manuel Ruiz Zorrilla, que de haberse dado quizás hubiera cambiado la historia de las dos hermanas antillanas y la de la misma España en el 1898.



CARTA DE BETANCES A SANGUILY:


Manuel Sanguily

París - Rue de Chateaudun 6 bis 11 de Agosto 91
Sr. Manuel Sanguily - Habana

Mi apreciado compatriota; bien quisiera empezar mi contestación á su amistosa carta del 29 de Junio, recibida el dia 11 solamente del cte., por el célebre:

Infandum... jubes renovare dolorem;

pero yo también cierro pregunta, reservándome hablarle mas luego de lo demas, por no tener á la mano ni el libro de Labra ni el de Moris i Cueto.

Celebro ante todo la idea suya de escribir la historia de la revolución de Cuba. Durante algunos años de la lucha escribia dia por dia correspondencias mui leidas entonces en Francia el periódico de mi malogrado amigo Edouard Abour, “Le XIX Siécle”. Siento no tener esa colección que se ha llevado el viento.

Es cierto que en 1867 se conspiraba en Puerto Rico como en Cuba. Ese fue el año de mi expulsión que dura todavía. Conmigo fueron desterrados otros amigos, entre los cuales era el principal Segundo Ruiz Belvis, el mismo que nombrado por los mios para la Junta de Información, había sido encargado de proponer, como lo hizo, la abolición inmediata de la esclavitud, con indemnización o sin ella. Lo que no es cierto es que las dos islas conspiraran de acuerdo i esa fue una gran desgracia; pues entre las dos, si hubiera querido comprenderlo la Junta revolucionaria de New York, arrastrabamos á la Rep Dominicana i teníamos bandera en el mar.


Domingo Agripino
de Goicuria
Ruiz Belvis i yo llegamos á New York expulsos antes del levantamiento de Lares. Allí nos reunimos con el Dr. F. Basora, puertorriqueño que formó luego parte de la Junta Revolucionaria de Cuba i Pt. Rico, i formamos los trés el Comité que lanzó la proclama de que Ud, me habla. En New York encontramos a Macías i á Goicuría; pero los antiguos revolucionarios cubanos estaban lejos de sospechar que se conspirara en Cuba. Goicuría se preparaba para retirarse al Brazil, de donde fuí yo quien por mis cartas tuve la desgracia de sacarlo; i Macías nos proponia ir á fundar una colonia en Samaná, para poder después de algunos años despertar en Cuba i en Pto Rico el espíritu revolucionario y hacer triunfar de una vez, con fuerzas suficientes, la revolución separatista.


A los impacientes este pensamiento, que no carecia de cierta sensatéz nos pareció de los mas descabellados. Si bien recuerdo, Macías fué quien, para avergonzar á los cubanos que él suponia dormidos en el sueño de la esclavitud, envió á Cuba algunas de nuestras proclamas. El general Quesada (Manuel) andaba también por New York, pero no tuvimos la fortuna de encontrarnos con él que era quien llevaba tal vez el secreto de Céspedes. Para responder á la observación de Moris (q.e.p.d.) que pagó con la vida su estúpida é interesada intransijencia, i de Cueto: “Enmendado por Dn J. Macías” puedo afirmarle que Macías no vió la proclama sino después de impresa.


Gen. Manuel Quesada

En New York nos separamos. Basora se quedó en su puesto; Ruiz salió para Chile donde esperaba encontrar ayuda i murió al llegar a Valparaíso —¡Pto Rico perdió un gran patriota!— i yo volví á las Antillas donde seguí tan pronto en Sto Domingo como en St Thomas, en Curacao é en Haití, hasta que me vi echado de todas partes, organizando los Comités de Pto Rico que lograron levantar al pueblo, reunir en menos de tres dias mas de diez mil hombres dispuestos á luchar y salvar siquiera el honor del país.

Desgraciadamente una indiscreción había forzado á los conspiradores de Lares á precipitar el movimiento antes de mi llegada con las armas que tenia preparadas i pudieron los españoles sofocar fácilmente las aspiraciones de todo un pueblo, para que pudiera mas tarde declarar Labra en el Congreso que “en Pto Rico no habia mas que un separatista”. Ud sabe quien.

Tendré mucho gusto en aclararle las demas cuestiones que Ud propone; pero necesito registrar papeles i buscar dos libros (de Labra y de Moris). Dispénseme si no le contesto inmediatamente pero quedo á sus órdenes i soy cordialmente suyo


Betances

Permítame:

P.D. Hoi lo que nos conviene es precipitar la revolución republicana en España. Mis relaciones con Zorrilla me permitirian ser útil. Vea á sus amigos i piénsenlo. Suyo.


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