EL ENCUENTRO CON CRISTO
CAMBIÓ LA VIDA DE SAN AGUSTÍN
"El ser humano, añade el santo, es "un
gran enigma" y "un gran
abismo",
enigma y abismo que sólo
Cristo es capaz
de iluminar y colmar. Esto
es importante:
Quien está lejos de Dios,
está lejos de sí,
alienado de sí mismo y
sólo puede encontrarse
si se encuentra con Dios
y así (...) alcanza
su verdadera identidad".
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CIUDAD. DEL VATICANO, 2008 (VIS).
n audiencia general , celebrada en el Aula
Pablo VI, el Papa
continuó con sus catequesis
-la tercera- sobre
la figura de San Agustín.
El Santo Padre recordó
que Juan Pablo II,
en 1986, en el decimosexto
centenario de
la conversión del
santo doctor de la Iglesia,
quiso dedicarle la
carta apostólica "Augustinum
Hipponensem", que
definió "una
acción de gracias
a Dios por el don que hizo
a la Iglesia, y mediante
ella a la humanidad
entera, gracias a
aquella admirable conversión".
Tras anunciar que en la próxima y última
catequesis sobre
San Agustín tratará sobre
el tema de su conversión,
"un tema fundamental
no sólo para la vida
del santo, sino también
para la nuestra",
el Papa dijo que hoy
deseaba hablar sobre
el tema fe y razón,
"el tema determinante
de la biografía
de San Agustín". |
|
SAN AGUSTÍN
"Nos has hecho, Señor,
para ti y nuestro
corazón está inquieto
hasta que descanse
en ti".
|
"Todo el itinerario espiritual e intelectual
de San Agustín representa
un modelo válido
también hoy en la relación
entre fe y razón,
un tema no sólo para los
creyentes, sino
para todo ser humano que
busca la verdad,
tema central para el equilibrio
y el destino
de todos. Estas dos dimensiones
-fe y razón-
no se deben separar ni
contraponer, sino
que deben ir juntas".
"Benedicto XVI recordó en este contexto
las dos fórmulas
agustinas "que expresan
esta coherente síntesis
entre fe y razón:
"crede ut intelligas"
(cree para
comprender); creer
abre el camino para entrar
por la puerta de
la verdad; y también, de
modo inseparable
"intellige ut credas"
(escruta la verdad
para poder encontrar a
Dios y creer)".
"La armonía entre
fe y razón significa,
sobre todo -continuó-,
que Dios no está lejos
de nuestra razón
y de nuestra vida; está
cerca de cada ser
humano, cerca de nuestro
corazón y cerca de
nuestra razón si realmente
nos ponemos en marcha".
|
|
Confesiones :
San Agustín |
El Papa señaló que "la
presencia de
Dios en el ser humano,
profunda y al mismo
tiempo misteriosa, puede
ser reconocida y
descubierta en nuestro
interior. (...) Precisamente,
como el santo subraya con
una afirmación
famosísima al inicio de
"Las Confesiones",
su autobiografía espiritual:
"Nos has
hecho, Señor, para ti y
nuestro corazón está
inquieto hasta que descanse
en ti".
"El ser humano, añade el santo, es "un
gran enigma" y "un gran
abismo",
enigma y abismo que sólo
Cristo es capaz
de iluminar y colmar. Esto
es importante:
Quien está lejos de Dios,
está lejos de sí,
alienado de sí mismo y
sólo puede encontrarse
si se encuentra con Dios
y así (...) alcanza
su verdadera identidad".
El Santo Padre afirmó que en la obra "La
ciudad de Dios",
el santo de Hipona
subraya que "el ser
humano es sociable
por naturaleza, pero
antisociable por vicio,
y es salvado por
Cristo, único mediador entre
Dios y la humanidad
y "camino universal
de la libertad y
de la salvación", como
repitió Juan Pablo
II en el documento anteriormente
mencionado. En cuanto
único mediador de la
salvación, Cristo
es cabeza de la Iglesia
y está místicamente
unido a ella".
Refiriéndose de nuevo
a la carta apostólica
"Augustinum Hipponensem",
Benedicto
XVI señaló que Juan
Pablo II: |
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San Agustín :
Perfil humano
y religioso |
"quiso preguntar al mismo santo qué
podía decir a los hombres
de hoy y responde
sobre todo con las palabras
que Agustín confió
a una carta dictada poco
después de su conversión:
"Me parece que se debe
llevar a los
hombres a la esperanza
de encontrar la verdad";
"aquella verdad que es
Cristo, Dios
verdadero".
"Agustín -concluyó el Papa- encontró
a Dios y durante
toda su vida experimentó
su presencia, de
tal manera que esta realidad,
que es sobre todo
encuentro con una persona,
Jesús, cambió su
vida, como cambia la de
las mujeres y los
hombres que tienen la gracia
de encontrarlo en
todos los tiempos. Pidamos
al Señor que nos
conceda esta gracia para
encontrar así su
paz".
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