SAN JERÓNIMO :
LA BIBLIA EN EL CENTRO
DE LA VIDA
Nacido alrededor del año 347, "puso
en el centro de su vida
la Biblia:
la tradujo en lengua latina, la comentó en sus obras
y sobre todo
se comprometió a vivirla
concretamente en
su existencia terrena".
San Jerónimo y el ángel - Simón Vouet 1590-1649
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C. DEL VATICANO, 2007 (VIS).
enedicto XVI dedicó la catequesis de la audiencia general
de los miércoles a San Jerónimo. La audiencia
se celebró en la Plaza de San Pedro y contó
con la presencia de 40.000 personas.
San Jerónimo, nacido
alrededor del 347, "puso
en el centro de su
vida la Biblia: la tradujo
en lengua latina,
la comentó en sus obras
y sobre todo se comprometió
a vivirla concretamente
en su existencia
terrena", explicó el
Papa.
Este Padre de la
Iglesia, de familia cristiana, "recibió en
Roma una
esmerada formación
(...) y una vez bautizado
(...) se orientó
hacia la vida
ascética (...) y
partió para Oriente,
viviendo
como eremita en el
desierto.
Perfeccionó el griego,
(...) estudió el
hebreo
y transcribió códices
y obras
patrísticas"
y "la meditación,
la soledad y el contacto
con la Palabra de
Dios hicieron madurar
su sensibilidad cristiana". |
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SAN JERÓNIMO
"... la gran aportación del santo es la llamada
Vulgata: el texto
oficial de la Iglesia
latina,
reconocido como tal
en el Concilio de
Trento;"...el
Papa comentó los
criterios elegidos
por Jerónimo
para la traducción,
como el de "respetar
incluso el orden
de las palabras en
las Sagradas
Escrituras", porque
en ellas hasta ese
orden, como escribe
Jerónimo, "es un
misterio", es decir,
"una revelación".
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"De vuelta a Roma, el Papa Dámaso lo
tomó como secretario
y consejero. Muerto
el pontífice, Jerónimo
peregrinó a Tierra
Santa y Egipto y
se asentó en Belén,
donde
permaneció hasta
su muerte (419/420)
"desarrollando
siempre una intensa
actividad".
En Belén, San Jerónimo "comentó la Palabra de
Dios, defendió la
fe oponiéndose con
vigor
a diversas herejías;
exhortó a los monjes
a la perfección;
enseñó la cultura
clásica
y cristiana a sus
jóvenes alumnos y
acogió
con solicitud pastoral
a los peregrinos
que
visitaban la Tierra
Santa".
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Intoducción a la Biblia:
Guía católica para
el estudio de las
Sagradas
Escrituras
|
"Su preparación literaria y su vasta
erudición -dijo el Santo
Padre- le permitieron
la revisión y traducción
de muchos textos
bíblicos: una tarea preciosa
para la Iglesia
latina y para la cultura
occidental".
Recordando que la gran aportación del santo es "la llamada Vulgata: el
texto oficial de
la Iglesia latina,
reconocido
como tal en el Concilio
de Trento",
el Papa comentó los
criterios elegidos
por
Jerónimo para la
traducción, como
el de "respetar
incluso el orden
de las palabras en
las Sagradas
Escrituras", porque
en ellas hasta ese
orden, como escribe
Jerónimo, "es un
misterio", es decir,
"una revelación". |
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The New Jerome
Biblical Commentary
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Jerónimo reafirma también "la necesidad
de recurrir a los textos
originales: (...)
el griego para el Nuevo
Pacto" y "el
hebreo" para el Antiguo
Testamento.
"Así -explica el santo-
todo lo que
surge de la fuente lo podemos
encontrar en
los arroyos".
Para él además, observó el Santo Padre, los comentarios
de los textos "deben
ofrecer diversas
opiniones para que
"el lector, (...)
después de haber
leído las diversas
explicaciones,
(...) juzgue cual
es la más fiable".
El autor de la Vulgata
"confutó con
energía y vivacidad
a los herejes que
contestaban
la tradición y la
fe de la Iglesia"
y "demostró la importancia
y la validez
de la literatura
cristiana, digna
de confrontarse
con la clásica, transformada
en una verdadera
cultura cristiana".
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|
La Biblia católica
para jóvenes
|
"De Jerónimo debemos aprender a amar la Palabra de Dios en la Sagrada
Escritura porque ignorar
las Escrituras es
ignorar a Cristo", dijo
el Papa. Por
eso, es importante "vivir
en contacto
y en diálogo vivo" con
ella.
"Este diálogo -explicó-
debe tener dos
dimensiones. Por una parte,
debe ser un diálogo
realmente personal (...)
porque Dios tiene
un mensaje para cada uno
de nosotros. Debemos
leer las Escrituras no
como palabras del
pasado sino como palabra
de Dios que habla
también conmigo y tratar
de entender qué
me dice el Señor".
Ahora bien, "para no caer en el individualismo debemos tener presente que la Palabra de
Dios se nos da para
construir comunión
para
unirnos en esta verdad,
en este camino. (...)
La Palabra de Dios,
aunque sea siempre
personal,
es siempre una palabra
que construye (...)
Iglesia. Por eso,
debemos leerla siempre
en comunión con la
Iglesia viva. El
lugar
privilegiado de la
escucha de la Palabra
de Dios es la liturgia".
"La palabra de Dios trasciende el tiempo
-concluyó el pontífice-.
Las opiniones humanas
van y vienen. (...)
La Palabra de Dios
es
palabra de vida eterna.
Lleva en sí la eternidad,
lo que es válido
para siempre".
AG/JERONIMO/... VIS 071107 (650) |
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The Catholic
Study Bible |
ORACIÓN COLECTA,
MISA EN MEMORIA DE SAN JERÓNIMO
ios nuestro, que diste a san Jerónimo presbítero,
un suave y vivo afecto
por la Sagrada Escritura,
concede que tu pueblo
se alimente de tu Palabra
con mayor abundancia
y encuentre en ella la
fuente de su vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu
Santo
y es Dios por los siglos
de los siglos.
Amén.
ANÉCDOTA DE SAN JERÓNIMO
E CUENTA UNA ANÉCDOTA DE SAN JERÓNIMO -quizá sepas que se trasladó a Tierra Santa,
a Belén, para allí, con su ciencia (era un
gran conocedor del hebreo, del arameo y del
griego), traducir al latín toda la Biblia,
la que hoy conocemos como la Vulgata. La
Vulgata es una de las primeras traducciones
latinas, que después tuvo mucha autoridad
en la Iglesia, y también hoy la sigue teniendo.
Según el relato, la noche de Navidad, en
Belén, se le aparece el niño Jesús, y le dice:
«Jerónimo, hoy es mi “cumple” ¿Qué me vas
a regalar?» Ya sabes que los niños son muy
pedigüeños, siempre piden regalos, y el niño
Jesús no iba a ser menos. San Jerónimo le
responde: «Pues, mira, acabo de terminar
la traducción de la Vulgata. Te la regalo».
«¿Y qué más?» San Jerónimo le dice: «Te regalo
toda mi ciencia». Y Jesús le vuelve a preguntar:
«¿Y qué más?» «Señor, te doy mi vida». «¿Y
qué más?» «Señor, si ya te he dado todo».
Jesús le dice: «No, Jerónimo. Quiero que
me regales tus pecados para que te los vuelva
a perdonar». Es una anécdota entrañable y
encantadora que manifiesta que, en el hecho
de regalarle al Señor nuestros pecados, le
reconocemos como nuestro Salvador. Y estamos
además diciéndole: «Sí, para esto has venido,
no te has equivocado. Aquí estoy».
Deja, pues, que el Señor entre totalmente
en ti con su misericordia. A veces, el peligro
es creernos buenos, y entonces estar medio
farisaicamente ante el Señor. Decía Charles
Péguy:
«No siempre se es
permeable. De aquí vienen
tantas faltas que
constatamos en la eficacia
de la Gracia, la
cual, trayendo victorias
inesperadas al alma
de los grandes pecadores,
permanece a menudo
inoperante en la gente
más honesta, o los
que creen ser más honestos». (Fuente: Magnificat) |
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