La Semana Santa en Puerto Rico:
tiempo de dolor, perdón
y alegría
por Haydée E. Reichard
de Cancio, PHD
Diseño, editor: Luis R. Negrón Hernández
(c) CopyRight - Prohibido copiar, reproducir
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su partida
a primera celebración de la Semana Mayor en nuestra Isla aconteció hace 500 años
en la ermita de Caparra.
El propio Rey de
España envió ornamentos
y vasos sagrados
para su celebración. Tan
pronto se trasladó
Caparra a la Isleta en
1521, hoy San Juan,
se originaron las primeras
procesiones al
estilo sevillano. Las celebraciones
de la
Semana Santa en la Capital
seguían el ritual
de la tradición española.
El Domingo de Ramos
El Domingo de Ramos luego de la repartición
de las ramas benditas, salía de la catedral
la procesión con la imagen de Jesús orando
en el huerto. El Lunes Santo se efectuaba
la procesión con la talla de Jesús atado
a una columna, esta salía del Convento de
los padres Dominicos. El Miércoles Santo se celebraba según don
Alejandro Tapia y Rivera la primera procesión
de tabla de la semana con la presencia de
las autoridades, los militares y las cofradías,
todo a la usanza española.
El Jueves y Viernes Santo
Los Jueves y Viernes Santos eran días de recogimiento
total en la Capital
como en otros pueblos.
En tiempos de España
la Semana Santa era
observada tanto por
el pueblo como el gobierno.
La bandera se izaba
a media asta, en lugar
de repicar campanas
en las Iglesias se hacían
sonar las carracas,
matracas y las cornetas
militares en los
cuarteles se tocaban con
sordina.
El Jueves Santo,
en una imponente
ceremonia,
el Obispo entregaba
la llave del Sagrario
al cabildo, quien
a su vez se la hacía
llegar
al Gobernador. |
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Juan Pablo II - DVD
subtítulos: Español
Aprobación vaticana |
En los pueblos de la Isla el presbítero colocaba
sobre el pecho del alcalde
la llave del Tabernáculo.
Éstos la devolverían el Sábado de Gloria.
En la liturgia Católica, mientras se conmemora la muerte
del Señor, no se administra el Sacramento
de la Comunión.
El Viernes Santo, tanto
la predicación de
las Siete Palabras como
la Ceremonia del
Paso de la Cruz, eran celebradas
con gran
solemnidad. La feligresía
asistía con gran
fervor religioso a las
procesiones de Viernes
Santo. Los caballeros solían
acompañar al
Santo Entierro y las mujeres
iban escoltando
a la Virgen de la Soledad.
La Semana Santa en la ruralía
¿Cómo celebraba la Semana Mayor en el campo?
La Semana Santa para
la población rural de
Puerto Rico era tiempo
santo. Desde días
antes a la celebración
el isleño iba escogiendo
su ropa, ésta debería
ser de color blanco,
negro, lila, ó gris
y las mujeres mayores
vestían trajes con
mangas largas y medias
negras ó grises.
Las hijas de la pobreza
se ponían lo que
tenían.
El Domingo de Ramos
los campesinos se
desplazaban
al pueblo, muchos
con los zapatos en
la mano.
Cuando estaban llegando
al pueblo, en alguna
calzada se lavaban
los pies o se los
estrujaban
en la yerba fresca,
y se ponían los zapatos
para visitar la Iglesia.
Además cargaban
una ramita de tierna
de palma de yagua
para
que el sacerdote
la bendijese durante
la
Misa. |
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Catecismo de
la Iglesia Católica
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La Semana Santa en la ruralía
¿Cómo celebraba la Semana Mayor en el campo?
La Semana Santa para la
población rural de
Puerto Rico era tiempo
santo. Desde días
antes a la celebración
el isleño iba escogiendo
su ropa, ésta debería ser
de color blanco,
negro, lila, ó gris y las
mujeres mayores
vestían trajes con mangas
largas y medias
negras ó grises. Las hijas
de la pobreza
se ponían lo que tenían.
El Domingo de Ramos los
campesinos se desplazaban
al pueblo, muchos con los
zapatos en la mano.
Cuando estaban llegando
al pueblo, en alguna
calzada se lavaban los
pies o se los estrujaban
en la yerba fresca, y se
ponían los zapatos
para visitar la Iglesia.
Además cargaban
una ramita de tierna de
palma de yagua para
que el sacerdote la bendijese
durante la
Misa.
Desde el lunes comenzaban
los preparativos
para la Semana Santa. Se
almacenaba el agua,
la leña y el pasto para
el ganado. El corte
de caña duraba hasta el
Martes Santo. No
se comía carne en toda
la semana y las actividades
de recreo había que moderarlas.
La radio
sólo transmitía una programación
totalmente
con música sacra y prédicas
fervorosas. Y,
a inicios de la televisión
en blanco y negro,
películas españolas sobre
la vida y pasión
de Nuestro Señor, al igual
que en los teatros.
La religiosidad popular
del campesino puertorriqueño
estaba llena de tradiciones,
costumbres y
superticiones como que:
Jueves y Viernes
Santo no sé podía cortar
ningún palo con
machete u otro instrumento
cortante, pues
sé seguro ocurriría algo
grave, como que
el palo derramara sangre.
No se podía bailar
porque se secaban las piernas
y tampoco martillar,
porque martillaba al Señor.
Las especies, el café, viandas, aceite de
coco y bacalao eran preparados desde el miércoles.
No se cocinaba con aceite de cerdo y las
guitarras y los güiros permanecían callados.
Durante el ayuno y la abstinencia de Viernes Santo, como devoción adicional
a una rama bendita se le hacían 33 nudos
para sobre ellos rezar la misma cantidad
de Credos. Según la tradición isleña éstos
eran los días que la gente humilde se pasaban
del campo al pueblo. El Viernes Santo era
un día sagrado para el campesino y el que
podía visitaba la Iglesia e iba al Santo
Entierro.
El Sábado de Gloria
La misa del Sábado de Gloria, anterior al
Concilio Vaticano II, era celebrada a media mañana. Tan pronto
se cantaba el Gloria y se descubrían las
imágenes el pueblo, se envolvía en una fiesta
que terminaba en el baile.
El Domingo de Resurrección
El Domingo de Pascua, no era día del conejito ni de buscar huevitos a colores, era y sigue
siendo el día de la recordación
de la resurrección
del Hijo de Dios. Porque
si Jesús el Redentor,
no hubiera resucitado de
entre los muertos
de que nos valdría nuestra
Fe. Nuestra Fe
nos enseña que si morimos
por Cristo viviremos
por ser de Cristo.
El Domingo de Resurrección
a la cinco de
la mañana, aún en algunos
pueblos, se celebra
la Misa de Pascuas, la que la religiosidad popular llama Misa del Encuentro. Tan pronto como termina la Eucaristía enseguida
sale el Santísimo Sacramento
bajo palio,
acompañado por los hombres
presentes, mientras
por el otro lado la imagen
de la Virgen Dolorosa,
acompañada de las mujeres.
El encuentro entre
Madre e Hijo se efectúa
en la Plaza no sin
que antes se efectúen tres
saludos. Antes
del último saludo La Dolorosa es despojada de su vestimenta negra y aparece
vestida de blanco para
seguir al lado de
su Hijo. La marcha real
española aún en mis
años de adolescente se
podía escuchar hasta
entrar a la Iglesia donde
el sacerdote daba
la bendición con el Santísimo
Sacramento.
Apenas termina el Oficio
Divino se escuchaba
la algarabía de los Júas. Esta tradición de pueblo comenzaba en algunos
lugares desde el sábado.
El muñeco de paja
y tela representativo de
Judas, el traidor,
era amarrado al lomo del
caballo y un grupo
de muchachos corría tras
del dándole fuete
con unas varas largas.
En otros lugares el
Júa era quemado en las esquinas de las calles.
Hoy esta tradición pueblerina
se ha descontinuado.
La liturgia cuaresmal nos invita a celebrar la Semana Mayor como
pueblo cristiano que somos.
Si hemos negado
al Señor durante este año,
como Pedro, ó
tal vez lo hemos traicionado
como Judas,
pidámosle perdón y hagamos
de esta celebración
una llena de amor, perdón
y agradecimiento,
al que dio la vida por
nuestra salvación
y siempre está prestó a
perdonar. Porque
para "eso hemos nacido".
Adquiera, encargando directamente con la
autora Haydée E. Reichard de Cancio,
"El ABC de Nuestra Fe"
($6.50 incluyendo manejo y franqueo).
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