|
|
|
CARTA APOSTÓLICA
"MANE NOBISCUM DOMINE"
(Señor, quédate con nosotros)
Juan Pablo II |
El Papa y la apertura del Congreso Eucarístico
en México
Año Eucarístico: sugerencias y propuestas
para la parroquias
Encíclica: Iglesia de Eucaristía (resumen)
Vaticano: 75 aniversario
Origen histórico del Kyrie eléison
Libros, devociones, documentos sobre la Eucaristía
|
|
Los discípulos de Emaús -explicó el prefecto-
pidieron al Señor
que se quedase 'con ellos'.
Jesús hizo mucho
más. Les dio a sí mismo
en la Sagrada Eucaristía
para permanecer
'en' ellos: 'Permaneced
en mí y yo en vosotros'.
|
CIUDAD DEL VATICANO, 8 OCT 2004 (VIS).
l cardenal Francis Arinze ha presentado hoy en la Oficina de Prensa
de la Santa Sede la Carta
Apostólica de Juan
Pablo II "Mane Nobiscum
Domine"
(Señor, quédate con nosotros),
dirigida a
los obispos, al clero y
a los fieles de la
Iglesia con motivo del
Año de la Eucaristía
(octubre 2004-octubre 2005).
La carta, escrita en italiano
y con fecha
del 7 de octubre, Festividad
de Nuestra Señora
del Rosario, consta de
una introducción,
cuatro capítulos y una
conclusión.
El prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de
los Sacramentos recordó
que el Santo Padre
anunció la celebración
de un Año de la Eucaristía
en toda la Iglesia en el
curso de la misa
celebrada en la basílica
de San Juan de Letrán,
el 10 de junio de 2004,
solemnidad del Corpus
Christi. El cardenal definió
la Carta como
"hermosa e incisiva"
y agregó que
"ayudará y guiará
a la Iglesia para
celebrar este especial
año con el máximo
fruto".
El hilo conductor de la carta, explicó el
purpurado, es "la
historia de los dos
discípulos en el
camino de Emaús". Efectivamente
la carta se abre
así: "'Quédate con
nosotros, porque
se hace tarde y está anocheciendo.
Esta fue la invitación
que los dos discípulos
que se encaminaban
a Emaús la misma tarde
del día de la Resurrección
dirigieron al
Viandante que se
había unido a ellos durante
el camino. Apesadumbrados,
no imaginaban
que aquel desconocido
fuera efectivamente
su Maestro, que ya
había resucitado". |
|
Libros, Documentos
Encíclicas Eucarísticas |
"En el Año de la Eucaristía -agregó el cardenal-, la Iglesia estará
particularmente comprometida en vivir el
misterio de la Sagrada Eucaristía. Jesús
sigue caminando entre nosotros y nos introduce
en los misterios de Dios, abriéndonos al
significado profundo de las Sagradas Escrituras.
En el cenit del encuentro, Jesús parte para
nosotros 'el pan de vida'".
"Muchas veces durante su
pontificado,
el Papa Juan Pablo II ha
invitado a la Iglesia
a meditar en la Sagrada
Eucaristía, (...)
especialmente el año pasado
con la encíclica
'Ecclesia de Eucharistia'.
(...) El Papa
menciona dos acontecimientos
principales
que iluminan y jalonan
el principio y el
fin del Año de la Eucaristía:
el XLVIII Congreso
Eucarístico Internacional,
que se celebrará
en Guadalajara (México)
la semana próxima
(10 al 17 de octubre) y
la undécima asamblea
general del Sínodo de los
Obispos, que tendrá
lugar en el Vaticano del
2 al 29 de octubre
de 2005".
En el primer capítulo: "'En el surco del Vaticano II y del
Jubileo'", dijo el prefecto, >el Santo Padre subraya que el Año de
la Eucaristía expresa con
fuerza el centrarse
en Jesucristo y en la contemplación
de su
rostro, que caracterizan
el camino pastoral
de la Iglesia especialmente
a partir del
Concilio Vaticano II. En
Cristo, la Palabra
hecha carne, no sólo se
nos revela el misterio
de Dios, sino que además
se nos desvela el
misterio del ser humano".
Efectivamente,
el Papa escribe: "Cristo
está en el
centro no solo de la historia
de la Iglesia,
sino también de la historia
de la humanidad".
El capítulo segundo se
titula "La Eucaristía,
misterio de luz". "Jesús
habla
de sí mismo como de 'la
luz del mundo' -subrayó
el cardenal-. En la oscuridad
de la fe, la
Eucaristía es para el creyente
misterio de
luz porque lo introduce
en la profundidad
del misterio divino. La
celebración eucarística
nutre al discípulo de Cristo
a través de
dos 'mesas', la de la Palabra
de Dios y la
del Pan de Vida. Cuando
las mentes están
iluminadas y los corazones
arden, los signos
hablan. En los signos eucarísticos,
el misterio
de alguna manera está abierto
a los ojos
de los creyentes. Los dos
discípulos de Emaús,
reconocieron a Jesús al
partir el pan".
"La Eucaristía, fuente y signo de comunión" es el título del tercer capítulo.
"Los discípulos de Emaús -explicó el
prefecto- pidieron al Señor que se quedase
'con ellos'. Jesús hizo mucho más. Les dio
a sí mismo en la Sagrada Eucaristía para
permanecer 'en' ellos: 'Permaneced en mí
y yo en vosotros'. (...) La comunión eucarística
también promueve la unidad entre los que
comulgan. (...) La Eucaristía manifiesta
además la comunión eclesial y llama a los
miembros de la Iglesia a compartir sus bienes
espirituales y materiales. (...) En este
año de la Eucaristía habrá que dar una importancia
especial a la misa de los domingos en la
parroquia".
En el último capítulo,
"'La Eucaristía,
principio y proyecto de
misión' -dijo el
cardenal- los dos discípulos
de Emaús, después
de haber reconocido al
Señor, 'al instante
se levantaron y regresaron
a Jerusalén' para
dar a conocer la bella
noticia. El encuentro
con Jesús en la Eucaristía
empuja a la Iglesia
y a todos los cristianos
a dar testimonio,
a evangelizar. Tenemos
que dar gracias al
Señor y no dudar en mostrar
nuestra fe en
público. La Eucaristía
nos lleva a mostrar
solidaridad con los demás,
haciéndonos promotores
de armonía, paz y especialmente
de división
con los necesitados".
"El Santo Padre -concluyó el cardenal Arinze- reza para que este Año de la Eucaristía
sea para todos una ocasión preciosa para
tomar de nuevo conciencia del tesoro incomparable
que Cristo ha confiado a su Iglesia. (...)
El Santo Padre no pide cosas extraordinarias,
sino más bien que todas las iniciativas se
caractericen por una gran profundidad espiritual.
Hay que dar prioridad a la misa dominical
y a la adoración eucarística fuera de la
Misa".
El secretario de la Congregación,
el arzobispo
Domenico Sorrentino, profundizó
en su intervención
en la lectura histórica
del texto de Juan
Pablo II.
En el primer apartado de su discurso, "Recomenzar desde Cristo", el
arzobispo recordó que "sobre la fe en
Cristo la Iglesia se juega todo. Como en
otras épocas históricas, pero quizá todavía
más en esta, la tentación del ser humano
es la reducir al Maestro a sus propia dimensión
(...) Se corre el riesgo de disminuir a Cristo,
atenuando la fe en su Misterio de Verbo hecho
carne". Después, explicando el segundo
punto, "Un cristianismo contemplativo",
habló de las señales del regreso a la espiritualidad
en la época actual y afirmó que "en
esta nueva situación histórica, el Papa ha
puesto de relieve la urgencia de hacer consciente
a la comunidad cristiana de los tesoros de
la contemplación cristiana".
En el último punto, "La
urgencia de
las vivencias", el prelado
afirmó: "El
Papa se preocupa de recordar
a la comunidad
cristiana que la fe debe
traducirse en testimonio.
(...) No hay que maravillarse
de que en una
Carta Apostólica sobre
la Eucaristía no se
detenga en los aspectos
de celebración y
contemplación, sino que
escriba afirmaciones
muy fuertes sobre el compromiso
cristiano
en la historia, sobre todo
en el ámbito de
la construcción de la paz
y el servicio a
los últimos".
El secretario general del Vicariato de Roma, monseñor Mauro Parmeggiani, habló de las
iniciativas previstas por la Iglesia de Roma
para celebrar el Año de la Eucaristía. Del
1 al 10 de octubre, dijo, se está celebrando
en el centro de la ciudad una misión de los
jóvenes dirigida a sus coetáneos, cuyo título
es "Jesús en el centro". Asimismo
señaló que la catequesis de este año se centrará
en el redescubrimiento de la importancia
de la Eucaristía. También está prevista la
celebración de la Santa Misa y la adoración
eucarística, con la posibilidad de confesarse,
en la Iglesia de Santa Inés en Agone. Monseñor
Parmeggiani señaló que en todas las basílicas
patriarcales habrá una capilla en la que
se pueda hacer la adoración eucarística.
.../MANE NOBISCUM DOMINE/ARINZE VIS 041008
(1200)
Lea un resumen de la encíclica Iglesia de Eucaristía.
Escríbenos a: amen@PReb.com
Visite nuestra sección Amén
|
|