El sufrimiento puede ser
camino de liberación interior
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de
su enfermedad.
- Salmo 40
Vivir en adhesión a la voluntad divina
El novicio sediento
Te quiero tal y como eres
Santa Sede: el SIDA
Padre Pío de Pietrelcina
Origen histórico del Kyrie eléison
Rafael Cordero Molina: Maestro de próceres,
Siervo de Dios
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SALMO 40
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago
lo pondrá a salvo
el Señor.
El Señor lo guarda
y lo conserva en
vida,
para que sea dichoso
en la tierra,
y no lo entrega a
la saña de sus enemigos.
El Señor lo sostendrá
en el lecho del dolor,
calmará los dolores
de su enfermedad.
Yo dije: "Señor,
ten misericordia,
sáname,
porque he pecado
contra ti".
Mis enemigos
me desean lo peor:
"a ver si se
muere, y se acaba
su apellido".
El que viene a verme
habla con fingimiento,
disimula su mala
intención,
y, cuando sale afuera,
la dice.
Mis adversarios se
reúnen
a murmurar contra
mí,
hacen cálculos siniestros:
"Padece un mal
sin remedio,
se acostó para no
levantarse".
Incluso mi amigo,
de quien yo me fiaba,
que compartía mi
pan,
es el primero en
traicionarme.
Pero tú, Señor, apiádate
de mí,
haz que pueda levantarme,
para que yo les dé
su merecido.
En esto conozco que
me amas:
en que mi enemigo
no triunfa de mí.
A mí, en cambio,
me conservas la salud,
me mantienes siempre
en tu presencia.
Bendito el Señor,
Dios de Israel,
ahora y por siempre.
Amén, amén.
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CIUDAD DEL VATICANO, (VIS).
l Salmo 40, "Oración de un enfermo", fue el tema de la catequesis del Papa durante
la audiencia general celebrada hoy en la
Plaza de San Pedro, en la que participaron
13.000 personas.
Juan Pablo II afirmó que
Jesús cita este
salmo la tarde de Jueves
Santo, en el Cenáculo,
para manifestar su profunda
tristeza en el
momento de la traición
de Judas:
"El que come mi pan,
levantó contra
mí su talón". Estas
palabras, dijo,
expresan la amargura de
"un hombre enfermo,
abandonado por sus amigos".
"El enfermo inicia su discurso pidiendo perdón
a Dios. Según el tradicional concepto del antiguo
testamento, el dolor era una consecuencia
del pecado. (.)
Aunque se trate de una
visión superada por
Cristo, el sufrimiento
en sí mismo puede
esconder un valor secreto
y convertirse en
camino de purificación,
de liberación interior,
de enriquecimiento del
alma. Invita a vencer
la superficialidad, la
vanidad, el egoísmo,
el pecado y a confiar con
mayor intensidad
en Dios y en su voluntad
salvífica".
El Santo Padre señaló que al entrar en escena
los malvados, "que han venido a visitar al enfermo
no para confortarlo, sino más bien para atacarlo",
éste experimenta "la indiferencia y
dureza hasta de los amigos, que se transforman
en figuras hostiles y odiosas".
"La amargura es profunda
cuando el que
ataca es 'el amigo' en
el que se confiaba,
llamado literalmente en
hebreo 'el hombre
de la paz'. (.) En el salmista
resuena la
voz de una multitud de
personas olvidadas
y humilladas en sus enfermedades
y debilidades,
incluso la de aquellos
que tendrían que haberlo
sostenido".
El Papa terminó diciendo que "la oración
del Salmo 40 no se cierra con este final oscuro. El salmista
está seguro de que Dios se asomará al proprio
horizonte, revelando una vez más su amor.
Ofrecerá su apoyo y tomará entre sus brazos
al enfermo. (.) El salmo, marcado por el
dolor termina, por tanto, con un rayo de
luz y de esperanza".
2 JUN 2004 AG/SALMO 40/VIS 040602 (340)
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